-Es que me dieron náuseas…
Miré a Yun y en ese momento su cara cambió a una de preocupación.
-Seguro te sentó mal la sopa.-Dijo.
Este hombre no usa la cabeza. Cómo va a ser la sopa si ni siquiera la probé. Decido ignorar semejante tontería y hablo.
-Sí, seguro fue la sopa.
-¿Entonces que le damos de comer a Ian?- Pregunta Ryo.
-No se preocupen. Yo hago de comer.
Terminé de cocinar, a Ian le hice un puré y a los chicos les hice pescado al horno con verduras.
-Ya está la comida, vengan a sentarse.
Mientras ellos se sentaban le llevé el puré a Ian, quién ya se había levantado.
-Aquí tienes, cómetelo todo.
-¿Qué es?
-Puré de verduras.
Hizo cara de disgusto - No me gusta.
-No te pregunté si te gustaba, te dije que te lo comas todo.
-No puedes obligarme.
-¿Qué no?, ¿qué te a apuestas que sí?
-Inténtalo.-Dijo desafiante.
Me acerqué con el plato de comida, me subí encima de él y le tapé la nariz. Él no puso resistencia ya que estaba muy débil. Cuando abrió la boca para coger aire le metí la cuchara en la boca.
-Traga.- Él tragó.- ¿Ya viste como si puedo obligarte? Ahora cómetelo todo.
-No puedo comer yo solo. Tienes que ayudarme.
-Le diré a Yun que venga.
-No, yo quiero que tu me des de comer.
-Está bien.
Cuando Ian terminó de comer baje a dejar el plato y a recoger la mesa pero ya todo estaba limpio.
-Dame el plato, voy a lavarlo.-Me dijo Atid.
Le dí el plato y fui a la habitación de Mattia. Abrí la puerta,me acerqué a la cuna y él ya estaba despierto.
-¿Dónde está el más bello de la casa?- Dije y él sonrió.
Lo saqué de la cuna, lo cambié y lo llevé al salón para darle de comer.
Me dirigí hacia Yun y le di el bebé.
-Agárralo, voy a prepararle el biberón.
Mientras terminaba de prepararle el biberón a Mattia volvieron las malditas arcadas por lo que tuve que salir corriendo al baño.
Cuando regresé los chicos me miraban con preocupación.
-Estoy bien, no se preocupen.
-¿Segura?
-Sí. Seguro que solo es cansancio. Le doy de comer a Mattia y me acuesto.
Le estaba sacando los gases a Mattia cuando mi mente recuerda algo, la foto que encontré en la casa de los Yakuza.
-Oigan, quiero mostrarles una foto.
Dejé al niño tumbado en el sillón y fui a por la foto.
-Miren.-Les enseño la foto y me miran con confusión.
-¿Quién es la mujer qué está a nuestro lado.- Dice Ryo.
-Sí, ¿y con qué programa editaste la foto?
-Primero, no se quien es esa mujer y segundo, no está editada. La foto la encontré en casa de los Yakuza.
-¿En la casa de los Yakuza?
-Sí, estaba dentro de un álbum de fotos.
-¿Había algo más?
-Sí, está carta.- Tomé la carta y se la dí.
Terminaron de leerla y se miraron entre ellos.
-"Para que en el futuro podamos encontrarnos de nuevo con una sonrisa". Repitieron.
-Tengo una hipótesis pero no creo que sea posible.
-¿Cuál?
-Bueno, ¿qué tal que esto fue una carta escrita por ustedes en su vida pasada para la chica que aparece en la foto?
-Pues a ver, poder, puede ser posible, pero ¿quién es esta chica?-Pregunta Yun.
-Ni idea, pero si te fijas no tiene rasgos asiáticos.-Dice Atid
Iba a hablar pero un fuerte ruido en la parte de arriba me interrumpe.
-Yun, quédate con Mattia, nosotros vamos a ver,seguro es Ian.
Llegamos a la habitación y vemos a Ian tirado en el piso.
-¿Qué haces ahí?- Le pregunto con voz tranquila.
Me mira y contesta.-Quería ir al baño pero las piernas me fallaron.
-¿Por qué no me pediste ayuda?
-Porque no quiero molestarte más. Ya has hecho demasiado.
-He hecho todo eso porque yo quise, no porque tú me lo pidieras. No es una molestia para mí.
Ryo y Atid le ayudaron a levantarse para ir al baño mientras yo cambiaba las sábanas de la cama para que pudiera dormir más fresco.
-Venga, acuéstate.
-¿Cómo está mi hijo?
-Mattia está bien, acabo de darle de comer y ahora lo bañaré antes de acortarlo.
-Gracias por cuidar de él.
-No es nada. Descansa.-Dije y le di un beso.
Volví a la sala donde solo estaba Yun con Mattia.
-Voy a bañarlo, ¿me ayudas?
-Claro, vamos.
Después de hacer todo por fin pude descansar, pero algo rondaba mi cabeza. Mañana lo comprobaría y saldría de dudas.
A la mañana siguiente…
Me levanté y fui a desayunar. Al llegar a la cocina me encuentro a la Sra.Yei.
-Sra.Yei, que sorpresa. ¿Cómo está su hija?
-Buenas, hija. Mi niña está mucho mejor, ya le han dado el alta pero tiene que estar en reposo dos semanas más.
-Que bueno, me alegro por ella. Por cierto, ¿podría usted hacerme un favor?
-Claro hija, para eso estoy.
-Muchas gracias. ¿Puede ir a la farmacia y comprarme un test de embarazo? Por favor.
Me mira asombrada y asiente.- De acuerdo, ahora vuelvo hija.
-Gracias.
La Sra.Yei regresó con lo que le pedí.
-¿Quieres que te acompañe?
-No, muchas gracias.
-Vale, de todas formas, si necesitas algo estoy aquí fuera.
Asentí y entré al baño. Leí las instrucciones, se supone que debo esperar 5 minutos. Después de que pasara el tiempo iba a darle la vuelta a la prueba pero no me atreví. Salí del baño y me dirigí a la Sra.Yei.
-¿Qué salió?
-No sé, no me atrevo a darle la vuelta.
-¿Puedo verlo?
-Sí.
Al ver el resultado el rostro le cambia completamente. Le da la vuelta a la prueba y lo veo.
POSITIVO. Dos rayas rojas bien marcadas aparecen en el aparato. Estoy embarazada. No me lo puedo creer, voy a ser mamá.
-Hija, ¿estás bien?
-Si. Solo no sé que hacer.
-Primero asimilarlo y después decírselo al padre.
-Pero, ¿y si no lo quiere?
-Tranquila, puede parecer que no, pero los hermanos son muy responsables. ¿Quién es el padre?
-Yun
-¿Qué pasó conmigo?
No puede ser, porque se tiene que levantar en este momento.
-Ven, tenemos que hablar…