31|Señor Alarcón

1576 Words

Estuve ocupada todo el día, lidiando con trámites y papeleo interminable para que me entregaran a mi madre. Aunque aquello me rompía en pedazos, sabía que debía hacerlo. No tenía otra opción, y no podía cargarle esa responsabilidad a Poli, a pesar de que se había ofrecido amablemente ayudarme con todo. Yo era su hija, y esto me correspondía a mí. Con un suspiro cansado, sin haber dormido casi nada y con el estómago vacío por falta de alimentos sólidos, volví a las oficinas de administración del hospital. Me habían enviado allí desde el mostrador, para hablar con la persona encargada de los traslados de los pacientes fallecidos. —¿Aurora Benavides? —me llamó una mujer desde su escritorio, con una voz profesional. —Sí, soy yo —contesté, acercándome a ella. La licenciada me miró por encim

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD