Una cirugía exitosa, eso era lo que había tenido Tomasito tras el corre corre desenfrenado de ese sábado. Lo que le siguió fue una semana de recuperación internado todavía en la clínica. Ya estábamos otra vez a sábado, pero le quedaba otra semana en observación, y posteriormente quizás dos más de descanso en el orfanatorio. Por lo hablado con los doctores que le operaron, extraer el tejido infectado fue una odisea, y no fue un procedimiento simple para nada. Pudo haber muerto si no era intervenido ese día, sin embargo, lo que más me sorprendió de toda la situación, fue que cuando ese niño despertó, lo primero que dijo fue: “Mami. ¿Dónde estás mami?” Le debía doler todo por estar despertando de la anestesia y por todo lo que le hicieron, aun así, estaba preguntando por su mamá. Una mamá

