Esta sería una mañana llena de buenas noticias, buenas noticias que estaba dispuesto a ofrecer a la dirección del orfanatorio. Y las cuales daría en breves instantes, si es que Jazmín Salas se antojaba de llegar a su sitio de trabajo. Se suponía que le comentaría de las tarjetas anoche, pero al revelarme lo de su ridícula política, el tema quedó para el siguiente día. Aun así, cuando quise hablarle de ello en nuestra ida a la casa hogar, en el transporte, me vi con una situación insólita. La señorita no había pasado la noche en el departamento. Lo que era peor, eran las 9:30 AM y la señorita no había llegado a su puesto. No sabía dónde había pasado la noche, ni sus razones para llegar a estas horas, si era que llegaba. Así que no me quedaba más que esperar fuera de la oficina de la direc

