~•El rincón de las almas rotas•~

Un cruel extraño

Espero paciente, con la mirada al frente, las horas pasan, los días pasan, los meses pasan. Tu llegada de retrasa.

Espero firme, confiada, una loca enamorada , día tras día, cuál obra se repiten los actos que mi sangre hielan, los mismos pasos, la misma espera, la misma hora.

A un lado de la carretera, por nuestra cita, espero nerviosa, rezando por qué la escena no se repita.

He esperado tanto, y mientras tanto , el tiempo pasa, el sol se esconde, por dónde veo, oscuros caminos, aquí esperando por nuestra cita.

Me puse linda, llevo el vestido blanco que tanto amas, cabello suelto y mis zapatillas.

Las horas pasan , una tras otra, debería marcharme con mi derrota, más no lo hago, espero paciente,

Mi mente vuela, formando surcos, talvez no pueda seguir valiente, esto me asusta, y en cada tanto, en ambos lados me estoy fijando.

y poco a poco, mi fe se agota , talvez no vengas , mi alma está rota, me siento en la orilla, de esta desolada carretera, y lloro mucho, estoy plantada, con mucho frío y aterrada.

Pasan minutos, pasan las horas, sigo llorando, y susurrando, cuánto te amo , me estoy quebrando.

Seco mis lágrimas y me levanto, lista para irme pero oigo pasos, y me emociono, ya no razono, busco tu silueta, está muy oscuro, pasos se acercan y yo me siento, estaba ciega por el deseo de ser amada solo por ti, finjo no darme cuenta, sí, seguro que es el, quien más si no el?

paso por paso, con la distancia cada vez más corta , estás cada vez más cerca. Siento tu mano tocar mi pelo más no me inmutó, — Enserio llegaste, te he esperado ,por tantas horas que me he cansado.

Sigues callado, no me respondes, algo no pinta y de repente se apodera de mi mente una incertidumbre, giro mi rostro para reprochar por ignorar mis palabras.

Y me congelo en ese instante , eso a quien veo , no lo esperaba no era ese chico que yo anhelaba, ahogo un grito, más no me muevo, mi sangre está congelada, pero me aparto, me toma fuerte, no hay escapatoria, me falta el aire, mi alma se estruja.

Y de repente, todo se apaga,aquí de nuevo, niña atontada, al lado de la carretera, como siempre hago desde ese día, bucle sellado, estoy condenada por tan ciego amor,

No tengo culpa de lo que me pasó, pero si cargue mi alma de arrepentimientos, forje una cadena que me ata al sufrimiento,

No debí amarte, no ví señales, tu solo querías jugar, no me querias, y como un perro tras de ti me hacías correr, te aprovechaste de mi cariño.

Te di demasiada disponibilidad, en todo caso esto es mi culpa, por no escoger bien a quien amar, de nada sirve ya es muy tarde.

Me he convertido en " una más "