Capitulo 2

2767 Words
-¡Ya me voy! – me despido tras terminar de chequear los archivos que Zess me ha presentado. Me levanto de la silla con toda la chulería que se me permite, llevo horas leyendo documentos y tengo hambre. Sólo tengo un día de regreso en Austria pero claro, no podían vivir sin mi y mi hermano ya me ha cargado de tareas que no pienso cumplir. -Señorita Husher por favor tome asiento, todavía falta la selección de su escolta privada. – dice Zess, ruedo los ojos. ¡Solo llevo unas horas aquí! -Mi escolta actual está bien para mí; Clase A, Alexander, Edgar, Valak, Steven, Carpenter y Raven. Tu eres mi principal. – me lo pienso por unos segundos. Zess me observa con intensidad esperando que cambie lo que he dicho, pero no, no pienso cambiar mi escolta solo porque estoy en Austria. Y sobre todo sé que es lo que está tratando de hacer, no cambiare a Raven. —Raven sigue siendo mi escolta, fue mi primer escolta y asistente personal no puedo reemplazarlo. Cuando lo reemplace por ti le rompí el corazón, no planeo volver a hacerlo. — además, Raven siempre me ha dejado jugar con su cabello rubio y largo. —Ese imbecil no tiene nada de especial. — frunzo el cejo recordando el número que me armaron en Escocía. Tsk. Pase muy poco tiempo en Escocia pero tengo bonitos recuerdos, sobre todo tengo personas invaluables dentro de esos recuerdos y el principal, y más importante es mi profesor amargadito. Mi país me gusta, no debí haberlo dejado en primer lugar pero ahora es diferente. No porque este de regreso significa que me pondré a trabajar en todos los asuntos relacionados con la Organización, ni siquiera planeo quedarme aquí sino regresar con el profesor Cannigham. Claramente, solo yo tengo conocimiento de ese plan. -Quita esa cara de malicia, no hay forma en que puedas salir del país y no hay forma en la que Miles Cannigham pueda entrar en Austria y no ser asesinato inmediatamente. – explica mi adorado esposo como si adivinara mis pensamientos. ¡Cómo es que siempre sabe lo que estoy pensando! -Zess, te di tu oportunidad y me rechazaste, ahora me iré con mi verdadero amor. – me pongo en pie para irme. ¡Es mi decisión y nadie me hará cambiar de opinión! -Si sale de este país lo primero que haré es ordenar la desaparición del profesor Cannigham y de todos los amiguitos que tienes en Escocia. – mi corazón da un brinco. ¿Me está amenazando? ¡¿A mí?! -¿Acaso estas amenazándome? ¿A mí? ¿A la suprema e intocable Rhoesia Magnifica Husher? – pregunto totalmente indignada... -No, por supuesto que no, solo son las órdenes que Cedric Husher nos ha dado a todos los HK. Esta vez no está jugando, está muy molesto por lo que sucedió en Escocia. – frunce el cejo, yo abro los ojos totalmente sorprendida. ¿Mi hermano ha dado esa orden? Al final todo salió bien, estoy viva y eso es lo que importa. Cedric no puede seguir tomando órdenes como si mi opinión no importara, lo último que acepté fue tomar el seminario de leyes y todo salió mal, claro que conocí a mi profesorcito pero lo demás fue un desastre. Mi deseo era alejarme de todos los labores que ser parte de la Organización lleva pero a Cedric le importó poco; aunque claro yo acepté hacer el trabajo e involucrar a Miles. -¿Por qué? ¿Es verdad? ¿Qué trama Cedric contra Miles? — no quiero tener problemas con Cedric. Zeus guarda silencio. — Zess sabes bien que no puedes mentirme, si Cedric esta tramando algo en contra de Miles sabes bien que tienes que decirme. Tengo que protegerlo. – le apunto con el dedo. Zess da un paso hacia mí, se inclina levemente y con una sonrisa me aclara toda duda. Dudaría de todos, menos de Zess. -No te mentiría, es mi deber siempre protegerte y decirte la verdad. – sus palabras como siempre me hacen sonreír. – El jefe ha dicho que Miles Cannigham es prioridad X, no puede entrar a territorio austriaco y mucho menos acercarse a usted. – esta de broma, Ced no puede ordenar algo así. –A ordenado que todo contacto con el profesor Cannigham sea prohibido y si él trata de perseguirla, tenemos que capturarlo y llevarlo ante él. – mi cerebro se deshace tratando de entender todo. ¿Cedric ha dicho eso? ¿Mi hermanito? ¿El hijo favorito? -¿Por qué lo ha hecho? No me ha dicho absolutamente nada, creí que todo estaba saldado con Miles ya que estoy segura él no tiene nada que ver en lo que sucedió. Cedros no debería de tomar ese tipo de decisiones que me pueden afectar. – no puede ser cierto. Mi hermano está loco. -Cedric está furioso por lo sucedido, Rhoesia pudiste haber muerto y Miles Cannigham... -- me mira también con molestia. Zess también está furioso con Miles pero eso ha sido desde que ambos cruzaron miradas. No sé por qué no solo acepta que me desea. -Vale, cariñito escúchame, Miles no sabía realmente con lo que estaba lidiando porque yo nunca mencione el tema y si hubiese sido sincera con él y le hubiera dicho que mi familia lidera una de las organizaciones más grandes del mundo quizás no se hubiese metido en problemas. – no le importa lo que le digo. Recuerdo la cara de Miles cuando mis chicos estaban por asesinarlo, se me partió el corazón. —Cannigham puso tu vida en peligro. Pudimos haber evitado ese ataque pero en Escocia estábamos en desventaja. —Zess, mi viaje a Escocia fue algo planeado por mi hermano, todo fue planeado por mi hermano así que no puedes decirme que Miles tiene algo que ver. Si alguien tiene la culpa es Cedric pero claro, él nunca aceptara que siempre me pone en peligro. – suspiro. Su amor por mí es incondicional pero a veces el amor duele. -El Jefe está completamente enamorado de usted. – aclara. Arqueo una ceja. Sé que mi hermano está enamorado de mi, yo también estoy enamorada de él, somos hermanos con sangre de por medio. -¿Por qué no lo estaría? Soy perfecta.— me encojo de hombros. –Es solo que su amor por mí me ha lastimado más de una vez y aunque quiera protegerme, aprendi a cuidar de mi sola soy una mujer fuerte e independiente. – niego recordando nuestro pasado. Cedric estaba muy joven cuando mis padres le obligaron a tomar riendas de la Organización y eso afectó nuestra relación, más del que puedan imaginarse. -¿Te refieres al pasado? Pese a que nuestra confianza es invaluable la vida que llevabas antes de la muerte de los señores Husher sigue siendo un misterio. Tu relación con Cedric cambio en ese entonces, ¿cierto? – me encamino hasta el sillón y me tiro como una almohada. En efecto, si mis padres no hubiesen muerto me pregunto cómo sería mi relación con Cedric. Quizás no tan buena como lo es ahora, después de aquel accidente que no recuerdo, que ahora sé involucra a Miles, mi hermano es diferente. Me ama y me lo muestra cada vez que puede. También le amo, mas de lo que se merece. -Te he contado parte de mi vida es solo que no recuerdo un par de cosas. – suspiro. Prefiero no recordar. Zess se acerca para tirarse sobre mí aplastándome por completo. Me río ante la escena de romance empedernido con un  ogrito como es Zess. -¿Sabes que te amo como a una hermana? – pregunta mirándome a los ojos. -Ese es el problema Zess Casper, siempre quise más de ti. – me rio, el también se ríe. -No quiero que recuerdes ese tiempo solo te lastimara, pero recuerda siempre que no voy a traicionarte. – besa mi frente. Me entrega una de esas sonrisas que se reserva para mi. —No importa quien esté detrás de ti, te prometo que lo encontrare y le hare pagar por todo lo que te ha hecho pasar. Rhoss, es una promesa, entregaría mi vida por ti porque te lo mereces. – mi Zess, no sé porque aún no nos hemos casado. -Siempre estaré para ti, Zess, recuerda que aunque todo el mundo se aleje de ti siempre yo estaré cerca de ti. Mi amor por ti es diferente, más humano y más sincero, Zess me hiciste olvidar y también recordar. Nuestra historia es mucho más, siempre te protegeré. – acaricio su mejilla. -Mientras la vida me lo permita, siempre estaré a tu lado te protegeré de todo el que quiera hacerte sufrir. No estuve al inicio pero estaré hasta el final. – nuestras miradas se encuentran, se abrazan. Ambos estábamos dañados, nos encontramos en el momento indicado y aquí estamos. Mi fiel guardián. -Romeo... oh, mi Romeo. – suspiro. -Julieta... sino fueras tan fea... te elegiría como mi esposa, pero he de dejarte y buscarme una mujer hermosa con tez blanca, labios rojos y mirada cielo, si solo fueses un poco más inteligente... mi corazón latería solo por ti. – me ofendo por completo. -Oh, mi Romeo, si no fueses gay seguramente no te dejaría, tu homosexualidad evita que veas lo hermosa que soy. Lo siento, pero lo mejor es que terminemos. — su rostro cambia a uno totalmente dañino para mi salud. ¡Ay,  mi corazón! -¡Te he dicho que no soy gay! – gruñe. Oh, terminamos nuestra obra, creo que ya se enojó. -¡Es que si eres gay! ¡Ya lo he decidido! No puedes estar con una mujer, eligiere a tu esposo pronto. – le advierto. Me mira, entrecierra los ojos y en menos de lo que espero comienza hacerme cosquillas. Mete los dedos en mi punto débil y soy toda una guasa. Como siempre me he cavado mi propia tumba. -¡Déjame! ¡Déjame! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! – le imploro pero continua diciéndome lo poco que lo respeto y que me enseñara modales. –No eres... no eres... no eres... -- inisisto pero continua... Me carcajeo sintiendo sus manos recorrer mis costillas con insistencia. Zess siempre sabe cómo matarme. -Rhoesia. – escucho mi nombre retumbar por toda la oficina. Zess continúa viéndome con una risita. Vuelvo la mirada hacia la entrada y veo a mi hermano parado con expresión neutra, inescrutable y molesta. Mi hermano tiene muchas facetas, como siempre. -Hermano, un placer escucharte y verte. – empujo a Zess. Me las pagara. -Casper, déjanos solos. – espeta Cedric. Zess me mira y yo asiento. -Jefa, jefe. – dice para después salir y dejarnos solos en el lugar. Me duele todo. —Cada vez que lo hacemos de esa forma, tan salvaje mi cuerpo queda todo dañado. No me quejo, Zess sigue en buena forma. — recuperó el aire después de tantas risas. —Rhoss juegues conmigo, pervertida. — gruñe pero al mismo tiempo se ríe. Me quedo tirada en el sillón observando a mi hermano. Cedric camina hasta mí y me mira desde arriba, me sonríe con amplitud y mi hermano vuelve a parecer humano. Es hermoso pero su carácter es terrible. -¿Recuerdas cuando en esta oficina pasabas horas observándome trabajar? – pregunta con voz suave, anhelante. Asiento. Recuerdo muchas cosas que pasaron en esta oficina. Mi última experiencia aquí no es tan grata que digamos. -Te sentabas en este mismo sillón con un bombón en la mano porque eras muy pequeña para fumar, por suerte ese mal hábito nunca lo aprendiste. – me rio recordando el hecho. —Creías que te veías muy peligrosa y te quejabas de lo aburridas que eran tus clases. — eso no es así, mis profesores no eran entretenidos. Por suerte, años después encontré a un profesor que llama mi atención en todos los sentidos. -Era un rito que tenía, lo hacia todos los días después de terminar mis clases y te enojabas porque lo hacía todo con rapidez para estar contigo todas las tardes. – mi hermano me hace levantar para sentarse y poner mi cabeza sobre sus piernas. -Nuestros padres viajaban mucho y siempre estabas sola, me molesta saber que me centre más en el trabajo que en ti. – suspiro. En eso tiene toda la razón. –Rhoss, ¿sabes que siempre te he amado con todo mi corazón? – acaricia mi cabeza, le veo desde abajo y gruño. -Detesto que me vean desde arriba. – Cedric se ríe. -Lo sé, pero sigue siendo divertido. – entrecierro los ojos. No lo era, Cedric me intimidaba cuando me miraba desde arriba furioso. Cedric suspira como si hubiese escuchado mis pensamientos. -Lo siento, lo siento mucho, Rhoesia sabes que me arrepiento de todo lo que paso, ¿cierto? – niego. Eso ya pasó. -No hay necesidad de hablar sobre eso, mi amor por ti no ha cambiado en lo absoluto. Tú y yo somos los pilares de esta organización, eres el líder y... -- Cedric me detiene tapándome la boca con la mano. Aprovecho para morderlo haciendo que se queje y termine jalándome las mejillas. ¡Duele! -No, también tú y yo sabes quién es la líder de esta organización. – sonríe, yo niego rotundamente. No pienso ser la líder de esta organización. -Eres el líder Cedric así tiene que ser, siempre tuvo que haber sido así y no quiero hablar de eso. – -Rhoesia nuestros padres... - le interrumpo. Me levanto alejándome unos centímetros de él, Cedric me observa perturbado. No quiero escuchar nada de eso. Nuestros padres tuvieron su propio destino, ellos mismos lo escribieron pero soy diferente, somos diferentes. -Nuestros padres fracasaron pero tú no lo harás, yo tampoco lo hare y esta vez solo te pido que pienses bien en la decisiones que tomas, jure no volver a involucrarme en tus negocios pero esta vez es diferente. – le miro con la mejor de mis sonrisas. -¿A qué te refieres? – arquea una ceja. -Miles Cannigham. -¿Qué pasa con ese tipo? – se pone de pie y me mira desde arriba. Me cabreo. -Miles Cannigham es intocable. — mi voz es de advertencia. Prácticamente le estoy advirtiendo que si algo le ocurre a Miles no dudaré en vengarme. -¿Pondrías a ese tipo por sobre mí? – pregunta como si le indignara, pero es así, pondría a Miles por sobre todos. -Tú ya has puesto a muchas personas por sobre mí. – respondo sin siquiera pensarlo. Me arrepiento al instante. Cedric cierra los ojos y asiente. La atmósfera de pronto cambia a una hostil, la mirada de mi hermano me repasa y me aniquila desde lo profundo. -Miles Cannigham no volverá a estar cerca de ti y si se le ocurre poner un pie en Austria, es hombre muerto y te lo advierto Rhoesia, no quiero que ese hombre este cerca de ti. No correré el mismo riesgo que corrí dejándote estar con el imbécil de Dracovic. – aprieto los puños. Perfecto. Mi hermano el amargado, el enojadito y el dueño del mundo ha regresado. Nunca me ha gustado para nada esta versión de él. Mi hermano es un arma de doble filo. -Perfecto. Sabía que todo el jueguito de hermano feliz y amoroso que tuviste en Escocia era solo un truco para traerme de regreso. Cedric te amo, de verdad que lo hago pero esto no es una maldita novela en la que me dices te amo, yo también te amo y vivimos felices para siempre. – gruño molesta. Una punzada en el pecho me ataca. Rhoesia cálmate. Respira. Tu corazón. -Rhoss, cariño, yo te amo con todo mi corazón y no quiero nada en este mundo que no sea tu felicidad y bienestar, no estaba fingiendo nunca he fingido mi amor por ti, quiero protegerte de todos los que te quieran hacer daño. – niego, no, no y no. -Miles Cannigham es intocable. – advierto nuevamente. Cedric se acerca a mí, me mira furioso pero esa mirada ya no logra intimidarme como solía hacerlo. Nuestra relación no es así, pero algunas veces nuestras diferencias pueden hacer que nuestros caracteres inicien una guerra en la que ninguno de los dos está dispuesto a perder. -Miles Cannigham es prioridad X, un paso en falso que dé estará muerto y te lo advierto Rhoesia tienes prohibido salir de Austria y si lo haces será en mi compañía. – no está jugando. -Entonces, hermanito, hagamos un trato.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD