2. Viaje

3511 Words
Capítulo 2 —Viaje Anais Un año ha pasado desde nuestra boda, todo va bien entre nosotros, al menos eso es lo que yo creo, ya que a veces tenemos pequeños desacuerdos. Xavier y yo decidimos vivir en una pequeña casa, nos mudamos hace algunos meses ya que ahorramos el dinero necesario para poder comprarla. La familia de Xavier es muy adinerada pero no quise que el comprara nuestra casa, no estoy con el por su dinero y no es eso lo que quiero aparentar, se que su madre no me quiere por que piensa que yo estoy con el por su dinero. Los padres de Xavier tienen un empresa aquí en Estados Unidos y una en Francia. Su padre se hace cargo de la de Francia y Xavier de la que está aquí. Desde que salí de la universidad trabajo en una tienda de ropa. Xavier me ha ofrecido trabajo en su empresa pero no he aceptado, no quiero ver a mi suegra reclamar que yo esté metida en su empresa. Este día me toco cenar a mi sola. Xavier dijo que tenía una reunión y vendría muy tarde y mi hermana me dijo que estaría con sus amigas y posiblemente duerma con ellas. Agradezco mucho que mi esposo aceptará que mi hermana viviera con nosotros ellos se llevan muy bien y eso me alegra mucho pues nos hace tener una mejor convivencia, aunque en muchas ocasiones Xavier y yo discutimos pues el todo lo quiere solucionar con dinero, cosas de ricos… Me dirijo a mi habitación para poder acostarme y dormir, creo que mi esposo llegara más tarde de lo esperado, no me gusta entrometerme en los asuntos de mi esposo. Antes de dormir decido tomar un baño, así me relajo mejor, me quitó mi ropa quedando completamente desnuda, el agua caliente cae por mi cuerpo, cierro mis ojos relajándome, solo deje que el agua cayera por mi cuerpo por un par de minutos, después de eso salí de la ducha, mi mente se estaba llenando de pensamientos no muy buenos y lo trato de evitar todo el tiempo. Voy hacia el tocador y solo me veo en el espejo, mis mejillas se tornan rojizas. «Amo como te sonrojas, amo todo de ti Anais, absolutamente todo» Su voz ronca resonó en mi mente, trayendo a mi fabulosos recuerdos. —No, esto no esta bien —me regaño —No debes pensar mas en el Anais, él debe estar feliz, debe tener una familia, tu eres una mujer casada —me recordé. Dije que lo dejaría atrás y así debe ser, pero me resulta tan difícil, creo que jamás podré olvidarlo. Me pongo mi camisón, decido no usar ropa interior, me tiró sobre la cama, me quedo viendo al techo esperando que el suelo llegue a mi. Se supone que con Xavier formaría una familia, pero el dice no sentirse listo, espero que pronto cambie de idea, llevo años cuidándome que tengo miedo de que él día que yo quiera salir embarazada no pueda, él cansancio me invade y cierro mis ojos quedándome dormida. El ruido me despierta, no se que horas es, pero ya es muy noche, Xavier cierra la puerta de la habitación, no abro mis ojos y finjo seguir durmiendo ni siquiera sé por que lo hago. Minutos después siento como el colchón se hunde a mi lado. Xavier me abraza y me atrae hasta su cuerpo, mi rostro reposa sobre su pecho desnudo, un aroma diferente al de el llega a mi nariz, inhalo con más fuerza pero no logro distinguir el aroma solo se que no es su perfume. Siento como mi esposo deja un beso en mi cabeza y minutos después se queda dormido, sigilosamente me separo de el, me levanto y voy hasta donde esta su ropa, recojo su camisa y la acerco a mi nariz, inhalo el aroma y es… perfume de mujer… con manos temblorosas suelto la camisa dejándola caer al piso. Observó el lugar donde mi marido duerme con tranquilidad, sonrió y niego. Debo de estar equivocada, debe de haber sido que alguna de sus socias no se, lo abrazo y su perfume quedo en su camisa, si debe ser eso. Xavier me ama, estoy segura de eso, yo… también lo amo, jamás lo traicionaría y el tampoco a mi, decido volver a la cama, aun con dudas en mi cabeza. …. Me levanté muy temprano para hacer el desayuno de mi esposo, lo veo llegar a mi lado arreglando su corbata. —Buenos días cariño —saluda dejando un beso en mi mejilla, le sonrió. —Buenos días amor ¿Cómo te fue en la reunión? —pregunté, él se acerca a la mesa y toma asiento. —Me fue muy bien, tomé un poco por que celebramos la firma de un contrato — colocó su plato en la mesa y el comienza a desayunar. —Me alegro mucho por ti, ahora entiendo por que llegaste tan noche —comenté. —¿Escuchaste cuando llegue? ¿Estabas despierta aún? —No, solo sentí cuando llegaste a mi lado y me abrazaste —dije con una sonrisa —¿Hubieron mujeres anoche, entre las personas que llegaron a la reunión? —él me observó extrañado por mi pregunta. —Por supuesto, estaba mi asistente y también la esposa del nuevo socio —asentí, el desayuno con tranquilidad en ningún momento pareció nervioso. Debía alejar estos pensamientos de mi mente, no debo dudar de él, además debo dejar de pensar yo también en el pasado pues cuando recuerdo a la persona que amé, siento que lo estoy traicionando también. Mi esposo me llevo hasta la tienda donde trabajo, me despedí de él con un beso. Los días siguientes mis dudas se fueron, pues mi esposo siempre llegaba muy temprano a casa y compartimos tiempo juntos, no volví a sentir ese aroma en su ropa, todo siguió mejor entre nosotros. Me encontraba a su lado, ambos desnudos después de tener sexo. —Xavier —lo llame mientras acariciaba su pecho. —Mmm —él mantenía sus ojos cerrados, no sabía si era buen momento para decir esto pero debemos hablarlo. —¿No crees que es momento de tener un hijo? Tenemos más de un año de casados, podríamos empezar a buscar un bebé y… —No Anais, no me siento listo aún —dijo con firmeza. —Es mi deseo Xavier y tu lo sabias, quiero ser madre pero… —Cariño, lo sé, pero aun tenemos una vida por delante, no me siento listo, tal vez en uno o dos años más —suspiré y asentí —No te sientas triste Anais. Te sigues cuidando ¿verdad?. —Si no te preocupes por eso —el dejo un beso en mi cabeza y me abrazo, minutos después se quedo dormido, cerré mis ojos para así poder dormir también… …. A la mañana siguiente, desperté un poco cansada y me dirigí a la cocina, mi hermana ya se encontraba ahí. Xavier había salido muy temprano ya que dijo que tendría una reunión. —¿Hoy no trabajas? —preguntó ella. —No, tengo que ir a mi chequeo de rutina —tome una taza y me serví un poco de café —Despertaste muy temprano —mencione pues ya había preparado café y estaba terminando de desayunar. —Si, sentí un poco de hambre y bueno… decidí prepararme algo. —¿Cómo te va en la universidad? —pregunté. —Bien, no puedo decir que soy la mejor pero me esfuerzo —se levanto y llevo sus platos a lavar, me hice unas tostadas. —Me alegra mucho escuchar eso, lo importante es que te esfuerzas mucho —ella sonrió. —Gracias, creo que no vendré a dormir, Moni y yo debemos entregar un proyecto muy pronto y me quedaré a dormir con ella —note que no me dirigió la mirada. —¿Segura es eso? Te noto un poco extraña ¿acaso estas saliendo con alguien? Recuerda que… —¿Qué? Lo que mi madre decía, por Dios, Anais, mi madre era una anticuada, dime cuantas personas en el mundo hacen lo que ella vivía diciendo que es pecado y no les sucede nada ¿Ahora tu serás como ella? —cuestionó. —¿Qué te sucede? Solo quería saber si estas conociendo a alguien, solo debes tener cuidado con quien sales, no quiero que te lastime, me preocupo por ti y no hables así de mi madre —le pedí. —Lo siento, pero es mi vida. —Esta bien, disculpa por preocuparme por ti, pero recuerda que aun vives bajo mi cuidado. —Genial, ahora me reclamaras el hecho que vivo en tu casa —dijo fastidiada —suficiente tengo con informarte todo lo que hago. —¿Qué te pasa, Rocío? Somos hermanas, se supone que nos contamos todo, siempre hemos sido así —la mire con extrañes. —Pues creo que hay cosas que debemos mantener en secreto. Yo creo que tu también tienes tus secretos aunque te hagas la santa y buena —se alejó y se dirigió a su habitación. Me quede de pie en la cocina, ella no me había hablado así, creo que su crisis de adolescente rebelde llegó tarde y es ahora que debo lidiar con eso, aunque ella tiene razón ya es una adulta, siento que no hice nada malo, pero si ella no quiere hablar conmigo lo respetare. Desayuné y luego fui a mi habitación para poder cambiarme e ir a mi consulta. Salí de casa y tomé un taxi, tenía chequeo con mi ginecóloga cada cierto tiempo. Debía respetar los deseos de mi esposo y cuidarme para prevenir un embarazo por ahora. …. Salí de la clínica, afortunadamente todo estaba bien conmigo. Estaba pensando en ir al centro comercial para hacer algunas compras pero en ese momento mi móvil comenzó a sonar, era una llamada de mi esposo la cual respondí casi de inmediato. —Anais ¿ya saliste de tu consulta? —preguntó. —Si, justo en este momento estoy afuera de la clínica.. —Bien, necesito que vayas a casa y prepares nuestras maletas, iremos a Francia —informó, me sorprendió lo que me decía. —¿A Francia? Pero… ¿Por qué? —Mi padre esta muy mal de salud, mi madre me pidió ir y estar con él, así que por favor prepara todo para el viaje, llegare en un par de horas. —Pero… —Por favor Anais, haz lo que te pido —corto la llamada sin dejarme decir nada más, yo tenia mi trabajo no podía irme así por así, no sabía cuantos días estaríamos fuera, pero debo acompañar a mi esposo. Tomé mi móvil y llame a mi trabajo, pedí que si me podrían dar una semana y que se tomarán como mis vacaciones, afortunadamente mi jefa acepto, por lo menos no tuve problemas con eso, encontrar otro trabajo para mi sería difícil. Al llegar a casa comencé a empacar todo en las maletas, llame muchas veces a Rocio pero no atendió ninguna de mis llamadas, decidí enviar un mensaje. Xavier llego un par de horas después, se cambió de ropa, reviso que todo estuviera lista para irnos. —Trate de comunicarme con Rocio pero no respondió mis llamadas, así que le deje un mensaje —le informe. —Me parece bien, creí que querrías llevarla con nosotros —mencionó. —Ella está estudiando, no puedo interrumpir sus estudios, aunque supongo que le gustaría viajar. —Si ella quiere viajar el Jet estará disponible para el día que quiera ir, además creo que te sentirás con ella junto a ti —comentó. —Eso no será necesario Xavier, ella sabrá entender que viajamos solo por una emergencia. —Está bien cariño, pero si quieres tenerla cerca a solo debes de decírmelo —se acercó a mí y acarició mi mejilla —Es hora de irnos —sujeto mi mano y salimos juntos de casa. …. El vuelo en el Jet fue tranquilo y rápido, en un par de horas ya nos encontrábamos en Francia. No me sentía muy bien aquí pero mi deber era acompañar a mi esposo, mi madre decía que a un hombre no se le podía dejar solo, que el deber de su esposa era estar al lado de su esposo. El lugar donde vivían mis suegros era muy lujoso, tienen una gran mansión con un jardín hermoso. Me encanta el lugar, mentiría si dijera que no quiero algo así, pero no puedo aceptarlo, quiero ayudar a mi esposo construir eso juntos o al menos no con el dinero de su familia. La puerta de la mansión fue abierta una de las personas de servicio, por dentro la casa parecía aun más grande, mi suegra bajaba los escalones vestida elegantemente, sonrió en cuanto vio a Xavier. —Bienvenue, mon fils (Bienvenido, hijo?) —se acercó y abrazo a Xavier de manera calurosa, ni siquiera me dirigió la mirada —C’est bon que tu sois de retour à la maison (Qué bueno que estés de regreso en casa) —ella le solía hablar únicamente en francés porque creen que yo no se el idioma, pero es algo que no pienso desmentir. —Bonjour maman. Comment va papa? (Hola madre. ¿Cómo se encuentra mi padre? — preguntó mi esposo. —Il est faible, heureusement il a montré quelques signes d’amélioration, mais son cœur peut ne pas résister plus longtemps. (Él está débil, afortunadamente ha mostrado algunos signos de mejoría, pero su corazón podría no resistir mucho más.) —respondió ella y luego dirigió su mirada hacia mi —Bonjour Anaïs. —Bonjour —salude. Xavier y ella comenzaron a hablar sobre el tratamiento que lleva su padre. El padre de Xavier tiene problemas del corazón, esta ya es la segunda vez que se pone mal en un año, y al parecer su corazón ya no cumple su función como debería, es una lástima porque a pesar de todo mi suegro es una buena persona, mejor persona que su esposa. Mi suegro y Meredith son las únicas personas que si me toman en cuenta en esta familia. Mi suegra sabe que debe ser cordial por mi esposo. Los escucho decir que su hermano vendrá a ver a su padre después de años. No se que problemas hubo con el, pero su padre desea verlo. Xavier no suele hablar mucho de su hermano, lo único que dice es que su hermano lo envidiaba, pues al parecer Xavier recibía todo la atención de su madre. Y la verdad me sorprende que lograrán comunicarse con el ya que decían que se había alejado por completo de su familia, no tenían nada de comunicación, eso fue lo que mencionó Meredith en una ocasión. Solo espero que el no sea como su madre, y sea más como Mer y su padre. Mi suegra le pidió a una de las empleadas que me mostrará la habitación que compartiría con mi esposo, me ayudaron con las maletas. Xavier dijo que se quedaría hablando con su madre un poco más. Estando en la habitación, me quite mis zapatos y me tiré sobre la cama, esperaba que Rocio se comunicara pronto conmigo, sentí una leve brisa, me levanté y arrastre mis pies hasta el balcón, ver el jardín desde aquí era hermoso. Francia es un país hermoso, uno que siempre he querido visitar, pero más que todo era un sueño que tenia con él. Él fue quien me enseñó un poco el idioma francés y luego yo lo estudie, curioso ¿no? El también era de Francia. Siempre creí que su amor era tan grande como para volver a mi, pero eso nunca pasó, solo espero que mi decisión no fuera en vano y que el haya logrado el éxito. Cerré mis ojos dejando que la brisa rozara mi rostro, unas manos se enredaron en mi cintura, sonreí sin abrir los ojos. —Mon amour (mi amor) —susurro en mi oído, abrí mis ojos rápidamente, me giré entre sus brazos. Xavier estaba tras de mí con una sonrisa, el no solía llamarme así, mi respiración se agitó y es que por una fracción de segundo creí haber escuchado su voz, pero mi mente me traicionó. Por más que trato de mantenerlo alejado, cuando pienso que esta ahí enterrado en lo más profundo de mi mente y corazón, es cuando sus recuerdos me invaden. —¿Te asuste?. —S-si, estaba distraída —respondí. —¿Te gusta el lugar?. —Es muy hermoso, el jardín es hermoso —dije, el acarició mi mejilla, inclinó su rostro y dejo un suave beso en mis labios —Vas a dormir un poco, no dormiste casi nada durante el viaje —eso era verdad viajamos durante horas por la noche. —Es muy témpano creo que resisto hasta la noche —sonreí. —Bueno entonces vamos por algo que mi bella esposa pueda desayunar. —Lo que si me gustaría es tomar un baño —comenté. —Podemos tomarlo juntos —propuso coqueto. —¿Ya viste a tu padre? Deberías ir con el primero. —Esta bien, el baño juntos queda pendiente —beso mis labios y se alejó de mí —Por cierto, mi madre dice que mi hermano llega mañana, al parecer papá quiere verlo y lo convenció de venir, quiero que estés a mi lado en todo momento, no se en clase de persona se habrá convertido el. —Esta bien, no te preocupes. Estaré contigo en todo momento —aseguré. Salió de la habitación, seguro su hermano ha de ser una persona detestable. Bueno cuñadito al parecer por fin voy a conocerte. Me quedé observando un poco más el jardín, luego fui a tomar un baño, cambie mi ropa por algo más cómodo, espero que por lo menos Meredith se encuentre en casa. Después de aproximadamente una hora. Xavier llego por mi para poder ir al comedor. Meredith se encontraba en la mesa junto a su madre, ella sonrió en cuanto me vio y se levantó para saludarme. —Que bueno verte nuevamente, pensé que solo Xavier vendría —comentó. —¿Crees que dejaría sola a mi esposa? —cuestionó Xavier. —Pues no tendrías, es una mujer muy bella y no debes dejarla sola —escuché un bufido proveniente de la madre de Xavier. Mer rodó los ojos y me guio a la mesa. Desayunamos, pues habíamos llegado muy temprano por la mañana debido a la diferencia horaria, en casa ya es de madrugada, no se si Rocio, vio o ignoró mis mensajes pero debe estar con su amiga. La llamare por la tarde. Después de desayunar Mer me llevo a caminar por el jardín. Xavier debía de encargarse de unos asuntos de la empresa de su padre. Esta propiedad resultó ser más grande de lo que creí pues en la parte trasera había otro jardín aun más grande y con hermosas flores, algunas nunca las había visto en mi vida. Nos sentamos en una de las bancas del lugar, Mer soltó un suspiro y la vi un poco triste y preocupada. —¿Qué ocurre? —pregunté. —Tengo miedo de perder a mi padre —confesó —el es una de las personas que más me ha apoyado y me entiende, no se que pasará si el… —Tranquila todo estará bien, no pienses en eso —sujete su mano entre las mías, sus ojos se llenaron de lágrimas. —Mi madre es un poco difícil, Anais. Solo espero que si mi hermano aparece mañana por lo menos decida quedarse —mencionó. —Tu eres una mujer adulta, no debes preocuparte por tu madre, puedes hacer tu vida sin importar lo que diga —ella solto una risa amarga. —Lastimosamente soy una “niña rica” y pues no trabajo y mi carrera aun no la termino, solo puedo usar el dinero de la familia si mi madre me ño permite —comentó —te admiro a ti, tienes tu trabajo y a pesar de estar casada con Xavier, eres independiente. —Tú lo serás también, y si necesitas ayuda puedes contar conmigo —seguimos hablando un poco más, a mi suegro no lo pude ver durante el día de hoy, ya que mi suegra dijo que debía descansar mucho espero verlo el día de mañana para saludarlo. Xavier llego un poco tarde, pero yo aun no estaba dormida, logre hablar con Rocio, y me pareció que estaba un poco molesta, fue cortante conmigo. Xavier llego cansado, me abrazó y ambos nos dormimos en cuestión de segundos ya que yo estaba muy cansada debido a que no dormí en el viaje. A la mañana siguiente, me levante un poco tarde junto a Xavier, no se porque desde que desperté comencé a sentirme inquietante, mi corazón latía a un ritmo anormal. Es como si presintiera algo, y yo ignoré ese presentimiento sin saber lo que vendría a partir de ese día…
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