—Te compré ropa para que estés en casa y también ropa para salir. No te la descontaré de tu sueldo y tampoco te haré trabajar de más. Espero que no te sientas incomoda. Me tomé el atrevimiento de comprarte todo esto porque vi que no tenías nada. Fue lo que me dijo mientras revisaba toda la ropa. Y al revisarla, enseguida recordé los encuentros clandestinos en los que Vladik me hacía utilizar ropa reveladora para impresionar a los clientes de los hoteles. Esa ropa ni siquiera era mía en realidad, la compartía con otras chicas del bar. Era solo una ilusión para realzar mi belleza y satisfacer a los hombres a cambio de dinero. Así que… es la primera vez en mucho tiempo que al parecer tengo ropa solo para mí. La verdad mi mente se llenó de dudas y contradicciones. ¿Podría ser diferente e

