—No debes decir nada a nadie ni siquiera a los demás hermanos porque si no se van a alarmar. Este asunto puede que sea delicado y al parecer el siervo Antonio no lo sabe. Creo que si lo supiera no habría estado tan calmado como lo estuvo hoy en la reunión, así que, si se trata de algún caso de infidelidad o que tal vez el hermano Voris es algo de la señorita Laura, debemos ser lo más cautelosos posible. Joseph mirandolo con algo de nerviosismo palpable le respondió: —¡Bueno, pero yo creo que el hermano es malo reverendo y si, no se preocupe mi boca está más que sellada! —¡Pero trate de sellarla lo más que pueda hermano Joseph o si no, vamos a tener problemas todos aquí! —¡Si reverendo! —Me pasaré esta grabación que usted me entregó y trataré de estudiarla lo más que pueda. Solo espero

