—Quien iba a pensar que ahora estaria en este lugar—murmuró Laura muy alegre—El doctorcito me dijo que tomara cualquier habitación, pero ¿cual agarro? todas son tan lindas las camas se notan super comodas. » Creo que aqui en este lugar podré dormir bien sin pensar que el idiota de Vladik me hará daño a mitad de la noche. Sé que estaba apagada por dentro pero... no sé estas dos semanas me he vuelto a sentir viva hasta sonrio. El hambre comenzó a apoderarse del estómago de Laura, quien solo contenía una porción de avena en su interior. Con el propósito de saciar su apetito, se dirigió a la cocina y abrió el refrigerador, encontrándose únicamente con algunas manzanas, uvas, una botella de vino dulce y leche. Ante la visión de estos alimentos, Laura alzó ligeramente las cejas y exclamó: —

