Mientras tanto Vladik. El rubio en esa tarde, se encontraba en la casa de David Choi para comenzar a armar el plan para matar a su oponente Goliat, sin embargo, pensaba lo siguiente: —Sabes que idiota, creo que Kassandra no está en Polonia, a cada rato me llama el tipo ese para que le dé su parte. —Entonces… ¿Está aquí? —¡Si, pero no sé en donde se está escondiendo pero de que la consigo la consigo! Por otro lado, Laura, sin saber que Vladik no la olvidaba estando en el baño se debatía en un gran dilema: —El doctor cada día me gusta más, sé que caeré en una terrible depresión si me llega a dejar y no quiero. Me encanta como me hace el amor y como me besa, no quiero que me deje cuando se entere de lo del secuestro. Ella sentía un amor cada vez más profundo por Antonio y quería ofrece

