Antonio se sintió nervioso al instante. Bajó la mirada y se mordió el labio superior, considerando la posibilidad de complacer a Laura en esto. —¿Quieres verlo? —dijo tímidamente. —¡Si usted quiere! ¡Si no, no doctorcito, usted es el que manda! Después de un breve momento, Antonio asintió y respondió: —Bueno, creo que... sería justo. Yo te he visto desnuda y hasta conozco tu zona íntima y tu no a mí. Además, te he dejado con ganas esta noche, así que… si podría mostrártelo. Laura abrió los ojos sorprendida y respondió con una sonrisa juguetona: —¿En serio? ¡Me encantaría verlo! Antonio no pudo evitar sentirse nervioso mientras "el mundano" se mostraba despreocupado. Decidió levantarse de la cama y, frente a Laura, se bajó los pantalones deportivos, dejando al descubierto al "mundano

