—Aquí me tiene doctor Méndez —Se anuncia Fabiana cuando ingreso a su despacho. —Termine de entrar Licenciada Madriz y tome asiento —Le pide en voz baja—. Ya la atiendo. De inmediato el doctor Méndez volvió su atención a las hojas que tiene entre las manos. Estuvo un rato leyendo sobre las mismas, mientras que Fabiana, fastidiada por el rato que lleva esperando comenzó a impacientarse. Situación que fue percibida por el doctor, quien decidió seguir leyendo después de conversar con la chica. —Cuénteme ¿Qué sucedió para que mi enfermera más educada y diligente haya hecho enfadar al Licenciado Useche? —Le pregunta el doctor, después de cerrar la carpeta y coloca sus codos sobre el escritorio para unir sus manos mientras la mira con interés. —Hasta dónde recuerdo, no hice nada más que iden