Punto de vista de Liana
Estoy abrumada por la tristeza mientras me miro en el espejo. Mi cabello rubio está rizado y suelto, trenzado con pequeñas flores moradas y brilla dorado donde los rayos del sol lo golpean. Mi vestido de novia es blanco como la nieve y me queda como un guante. Mi maquillaje es impecable y parezco la princesa de cuento que soñé. Pero no me trae alegría.
Mis ojos azules están nublados por el dolor y la traición, y la comisura de mis labios se inclina hacia abajo en una sonrisa triste.
Quiero llorar. Se supone que este es un día lleno de alegría, pero en cambio, está lleno de desilusiones y tristeza.
—Eres deslumbrante—, suspira Nina mientras se acerca a mí.
—Gracias—, logro sonreír mientras me volteo. —Tú también lo eres.—No es mentira. Nina luce impresionante en su vestido violeta. El color complementa su piel bronceada y su cabello n***o.
—¿Estás lista?—, Nina me sonríe maliciosamente y sacudo la cabeza.
—¿Cómo puede alguien estar listo para esto?—, gruño mientras nerviosamente jugueteo con mis dedos.
—Hey—, Nina pone sus manos en mis hombros. —Confía en mí, ¿vale? Esto va a funcionar. Mi papá sabe lo que está haciendo y podemos confiar en él.
—Lo sé—, respiro profundamente. —Pero este es un riesgo enorme y peligroso.
—No tenemos que hacer esto, Liana—, dice Nina urgentemente. —Podemos cancelarlo y...
—No—, niego con la cabeza. —Prefiero correr este riesgo y morir que casarme con él.
—Bueno, no va a llegar a eso. Terminemos con esto para que puedas relajarte—, Nina me da una sonrisa alentadora y asiento.
Cierro los ojos por un momento antes de que ella tome mi mano y la sigo afuera.
**
—Recuerda de qué hablamos—, susurra Nina mientras nos detenemos en el parque.
—Necesitamos testigos para que funcione este plan.
—Y un cronometraje preciso—, agrego nerviosamente mientras abro la puerta del auto.
—Eso también—, se ríe ella.
En silencio, cruzamos la calle hacia el parque, y soy consciente de las personas que nos miran. Si no fuera por nuestro plan, no me habría importado. Es normal que la gente mire curiosamente a una novia y su dama de honor cuando llegan solas al parque.
—Disculpe, señor—, dice Nina en voz alta mientras se acerca a un hombre mayor. —¿Le importaría tomar una foto de mí y mi amiga? Queremos capturar nuestro último momento como dos mujeres solteras.
—Será un placer—, el hombre sonríe brillantemente mientras toma el teléfono de Nina. —Se ven hermosas, señoritas.
—Gracias—, respondemos y nos ponemos al lado una de la otra.
—Ahora—, susurra Nina y mi estómago se hunde.
—Oh, espera—, digo rápidamente cuando el hombre levanta el teléfono para tomar la foto. —Olvidé mi velo en el auto. Volveré en un momento —Me doy la vuelta y corro hacia el auto al otro lado de la calle.
—¡Liana! ¡Cuidado!—, grita Nina y me detengo bruscamente. Me giro hacia el camión que se acerca y lo miro con auténtico miedo.
Cierro los ojos y espero el impacto. Los neumáticos chirrían y suenan las bocinas. La gente grita y vocifera. Hay un fuerte golpe antes de que me levanten y luego todo se vuelve n***o.
**
El sonido monótono de beep-beep-beep es lo primero de lo que soy consciente, seguido de un dolor agudo. Gimo suavemente mientras intento abrir los ojos.
—Solo mantén la calma—, la voz de Nina es suave y reconfortante en mi oído. —Estás bien. Estás un poco magullada, pero bien.
—Duele—, susurro mientras intento moverme, pero Nina me empuja suavemente de vuelta a la cama.
—No te muevas—, me insta suavemente. —Te golpeaste la cabeza con fuerza cuando aterrizaste, pero no hay heridas graves. Te dieron algo para el dolor y eso te está dando sueño. Vuelve a dormir, estoy aquí y no me iré de tu lado.
—Gracias—, suspiro mientras permito que la oscuridad me envuelva nuevamente.
**
La noción del tiempo se pierde para mí cuando vuelvo a despertar. No tengo idea si estuve durmiendo una hora, un día o un año. Las voces a lo lejos comienzan a hacerse más fuertes hasta que reconozco a Nina y a Wyatt. Silenciosamente abro los ojos y no me muevo. No quiero que él sepa que estoy despierta.
—¿Quién era el conductor?—, exige Wyatt. —Debe rendir cuentas.
—No lo sé—, la voz de Nina es firme. —Sucedió tan rápido y solo me preocupaba por Liana. Yo...
—Idiota—, la interrumpe Wyatt, y su rudeza es suficiente para despertarme por completo. No tiene derecho a hablarle así.—Wyatt,— mi voz está ronca.
—Liana,— suspira Wyatt mientras se acerca rápidamente a mi lado y toma mi mano.
—Estás despierta. ¿Cómo te sientes?
—Abrázame ... por favor—, murmuro. Quiero acabar con esto y deshacerme de él.
Con delicadeza me levanta y me pone sobre su regazo. Muerdo mi labio inferior mientras el dolor me recorre cuando pongo mis brazos alrededor de su cuello y me acomodo más cerca de él.
—Está bien—, susurra mientras acaricia mi espalda. —Ahora estás a salvo.
—La boda—, murmuro, y debo reprimir la repulsión cuando él besa la parte superior de mi cabeza.
—La pospuse hasta nuevo aviso—, suspira. —No te preocupes por eso. Una vez que estés curada, nos casaremos.
—Wyatt—, levanto mis labios hacia su oído. —Yo, Liana Erickson, te rechazo a ti, Wyatt Miller, hijo del Delta de la Manada Clear Moon, como mi pareja —Su cuerpo se sacude contra el mío y gime de dolor. Intento salir de su regazo, pero él aprieta sus brazos alrededor de mi cintura y me atrae dolorosamente hacia él.
—Eres una perra—, su voz es baja y peligrosa. —No te saldrás con la tuya.
—Me estás lastimando—, me quejo mientras intento liberarme de su agarre.
—Esto es solo el comienzo—, gruñe, y el pánico se apodera de mi corazón mientras intento liberarme.
—¡Enfermera!— Nina grita por el pasillo. —¡Está despierta!—Rápidamente se acercan pasos y Wyatt suelta su agarre sobre mí.
—No he terminado contigo—, su voz es baja y peligrosa mientras me recuesta y se levanta. Pero la enfermera está dentro de mi habitación antes de que pueda responder.
Wyatt me mira con dolor y enojo mientras retrocede. Sus dedos tiemblan mientras se los pasa por el pelo. En todos los años que lo he conocido, nunca lo he visto tan emocional como ahora. Por un segundo, me siento mal por él. Nina me dijo que el rechazo es doloroso, pero nunca se me ocurrió exactamente cuanto duele.
—Permiso—, murmura Wyatt antes de salir apresuradamente de la habitación.
—Eres una chica afortunada, señorita Erickson—, sonríe la enfermera mientras toma mis constantes vitales. —Excepto por el golpe en la cabeza, estás bien. Estarás un poco rígida y dolorida durante los próximos días, pero podrás continuar con tu vida como de costumbre.
—¿Cuándo puedo ir a casa?—, pregunto suavemente.
—Tan pronto como el doctor te revise—, sonríe. —Pero creo que te dará de alta hoy.
—Esa es una gran noticia—, Nina aplaude emocionada y me mira con ojos brillantes.
—Gracias—, sonrío y me recuesto contra las almohadas.
Con una sonrisa, la enfermera sale y Nina se acerca para sentarse a mi lado.
—Funcionó—, Nina susurra urgentemente mientras toma mi mano. —Ahora estás libre de él.
—No celebres todavía—, gruño. —Él dejó claro que no ha terminado conmigo. Debo alejarme de aquí lo antes posible.
—Está herido y enfadado—, Nina aprieta mi mano. —No le des demasiada importancia. Ya no hay nada que pueda hacer. Lo rechazaste y eso no se puede deshacer.
—No importa—, encogió de hombros. —Sigo queriendo irme de aquí. No soy una loba ni estoy emparejada con uno, no tengo motivos para quedarme aquí.
—¿Vas a volver con tus padres?—, pregunta Nina comprensivamente. Ella sabe exactamente lo duro que trabajé para salir de ese remolque. Regresar es lo último que quiero.
—No tengo opción—, suspiro pesadamente. —Gasté todos mis ahorros en esta boda. Esperemos que el restaurante me vuelva a contratar.
—Quédate conmigo—, dice Nina urgente. —No necesitas mudarte con tus padres. Quédate conmigo hasta que encuentres trabajo y un nuevo lugar en la ciudad.
—¿Estás segura?—, pregunto sorprendida. —Quiero decir, no puedo contribuir financieramente y...
—No necesito tu dinero—, me interrumpe. —Pero sí necesito que mi amiga esté bien.
—Gracias, Nina—, mis ojos se llenan de gratitud. —Eres la mejor.