Bella y Albert pasaron los días más maravillosos, ambos disfrutaron de los alrededores, dieron varios paseos, se convirtió en algo muy divertido, competir. Albert era un hombre muy detallista, en varias ocasiones sorprendió a Bella con detalles, ella le mostró las cosas que sabía de cocina, enamorando aún más por el estómago, nunca creyó que ella cocinara tan bien, ambos se complementaban, ese era su sitio, se sentían tan Cómodos el uno con el otro, que era difícil pensar en tener que volver al imperio, pero Albert sabía que había obligaciones, y que Donovan había sido amable y le dio más días de los que el mismo podía permitirse. El día llegó, ambos comenzaron su viaje hacia su nuevo hogar, Albert antes del día de la boda, había mandado construir una gran Mansión, donde viviría con su

