La señora Gertrude había ido a su hogar, ella se sentía mucho mejor, dos de los guardias la habían acompañado, ellos llevarían vestiduras normales, pues al llegar los hombres los apresarían, pero tenían que escuchar primero lo que ellos tenían que decirle, así que esperaron por dos días ahí, cuando alguien tocó a la puerta, uno de los guardias haciéndose pasar por un trabajador los dejo entrar, les indicó donde estaba la señora de la casa, al verla los hombres comenzaron a acosarla. - Espero que este usted lista para salir de la casa, comprenderá que su esposo nos dejó una deuda sin pagar, y necesitamos nuestro dinero de vuelta. - Eso, no es verdad, ustedes le robaron y esa es la razón por la que él no está aquí con vida. - Su esposo apostó por algo y perdió, así son los negocios señora

