Como si las palabras que acaban de salir de su boca hace unos minutos no fueran nada, Aleskey siguió comiendo de todo lo que había en la mesa, como si no lo hubiera hecho en años . Primera vez que lo veo devorar tanta comida. Impresionada me dedique a observar cada uno de sus movimientos como si hubiera caído en estado hipnótico. Él con lo tosco que es, con su tono de voz fuerte y grave, me hizo reaccionar.
- ¿Cómo te sientes físicamente? –me pregunta inclinándose sobre la mesa-.
- No entiendo tu pregunta –con expresión de confundida le insto a ser más claro en lo que quiere le responda-.
- Sé que debes estar agotada por el viaje y tantos años de tensión sobre tus hombros, quiero que descanses estos días –se lleva la taza de café a los labios-, sin embargo, Lucia ayer
