El escuchar de los labios de Gelys que estoy siendo observada, e imaginarme nuevamente en riesgo, volvió a alterar mis nervios al punto de no poder centrar mi cabeza. Muchos pensamientos se revuelven dejándome dispersa. Ni siquiera puedo mantenerme sentada, pues el tip nervioso que me produce movimientos involuntarios en una pierna delata mi estado. No quiero hacer tan evidente el nivel de mi preocupación. - Hermano, ya Anthoni envió la información –escucho que le dice Leroy-. - ¿Y qué dice Anthoni? –le pregunta Gelys volteándose para verlo de frente-. - Nada hermano, aparentemente el hombre está limpio –le contesta Leroy mirándome-, no aparece ninguna relación con nadie de nuestro medio. Ninguno de los dos dijo nada más, solo se observaron y sin ser experta en el tem

