Parado frente a las doble puerta de la habitación de Dominic, Teo mordisqueaba su labio inferior tras encontrarse indeciso. Si bien sabía que no debía de permanecer en cerrado en aquel cuarto, ya que tenía el permiso para ir a cualquier lugar, se sentía un poco incómodo de hacer precisamente aquello. Especialmente porque no se había vuelto a encontrar con el atractivo hombre.
La noche anterior, Timoteo había tenido la intención de esperarle despierto para hablar más, para preguntarle sobre cuánto tiempo podía estar ahí realmente, asegurarse que no era una molestia su presencia, y... Tal vez indagar por el pequeño niño de ojos azules.
Por supuesto, como sus planes no estaban siendo como los planeaba últimamente, se quedó dormido encima de la cama luego de haberle escrito aquella nota. De
