Capítulo 5

2070 Words
Un "acosador". Esa palabra perfectamente podría caer en el alfa Dominic en ese momento, quien a pesar de haber dejado hacia horas al joven humano, de igual forma seguía estacionado frente a su casa, solo observándola fijamente en silencio a través de la ventana de su auto. Simplemente, todo en el alfa dominante se negaba a abandonar ese lugar, no cuando, luego de seis largos años de espera, su compañero de vida finalmente apareció ante él de una manera tan casual y común, que Dominic incluso llegaba a sentirse en cierta forma molesto. No molesto por finalmente haberle encontrado o la forma en que lo hizo, estaba realmente agradecido por todas las circunstancias que lo llevaron ahí, pero sí lo estaba por no haberlo pensado antes. Aquel día en que descubrió su marca lunar, no estaba atendiendo asuntos de la manada, ni tampoco se encontraba trabajando en Alpha Eco, demasiado molesto y traicionado tras descubrir la traición de Ophelia, Dominic se había alejado de todo y todos, vagando por la ciudad sin siquiera avisarle a Jules, a Ava o incluso a su hermano. Intentando distraer su mente del dolor, probó hacer cosas de humanos, ignorando los instintos de su lobo quien le pedía cambiar al ser noche de luna llena. Así como se sentía en ese momento, Dominic sabía perfectamente lo que intentaría hacer su lobo tras ceder algo de control al cambiar, y no podía permitir aquello, por más que hubiera querido. Ese había sido exactamente el punto clave, estar en la ciudad entre los humanos, probando de sus cosas. Fue por esa razón que su marca lunar apareció en su cuerpo, porque seguramente se encontró en ese momento con Timoteo o bien, estuvieron lo suficientemente cerca como para que la diosa Selene le enviara aquella señal. Pero estúpidamente, no la reconoció hasta el día siguiente, y en vez de haber seguido el mismo rumbo, tomó una dirección completamente diferente, lo que provocó que en vez de acercarse, solo se alejara más de su compañero de vida. Si no hubiera sido por su hermano y sus amigos que insistieron en que se tomara un tiempo para sí mismo, si tan solo Ava no le hubiese enviado temprano a casa, encontrándose con aquel tráfico tan congestionado, nunca habrían tomado aquel desvío, su auto no se habría descompuesto en consecuencia ante el mal camino y nunca se hubiese encontrado con su dulce humano. ¿Le sorprendía que su compañero de vida fuera un humano? Por supuesto que sí, aunque había oído rumores de hombres lobos encontrando a su compañero de vida en humanos, nunca sintió la suficiente curiosidad al respecto como para indagar en el tema, por lo tanto solo quedó en eso. Aunque, claro, ahora que había descubierto que su pareja resultó ser uno, tendría que investigar y arreglar algunas cosas para que su dulce chico tuviera una buena bienvenida en su mundo. El consejo de ancianos serían los primeros que lo atacarían con ello, luego seguiría Ophelia, y por supuesto, tenía que saber la opinión de su manada. Aunque ninguno de ellos lograría que alejara a Teo, de todas formas tenía que estar al tanto para estar preparado, especialmente por su pareja. Con lo poco que había interactuado con Teo esa tarde, era bastante claro que era un joven dulce, alegre, amable y bondadoso, un tanto precavido también, si recordaba como no quiso que lo llevara a su casa la primera vez que se lo ofreció, pero tanto en su mundo como en la ciudad, no era nada malo serlo un poco. "Aunque sigue temiendo de mí cada vez que me encuentro con él" Recordó con cierto pesar. Y era justo en ese instante, en que comenzaba a pensar en todos los rumores que los humanos hablaban sobre él. Ya que al parecer, que no conocieran el rostro del CEO de Alpha Eco no significaba que no hablarían e inventarían al respecto. Hasta el momento, nunca le había molestado que dijeran que su empresa estaba compuesta por peligrosos mafiosos sangrientos que usaban de excusa Alpha Eco para cometer sus viles actos, mientras cuidaban de la naturaleza para expiar sus pecados. Aquellos rumores habían ayudado a que no intentaran indagar demasiado sobre ellos, manteniendo a salvo su secreto de su mundo. Pero, si Teo pensó que se trataba de un mafioso solo por su apariencia en su primer encuentro, ¿qué pensaría cuando se enterara de todos los rumores que corren de su empresa y su gente? ¿Podría intentar huir? Eso sería horriblemente malo, ya que lo llevaría al extremo de ir detrás de él y encerrarlo, lo que solo empeoraría su reputación, pero no podía simplemente dejar ir a su compañero de vida ahora que lo había encontrado, era por esa razón que seguía estacionado frente a su casa, solo observando aquella estructura con la esperanza de tener otro pequeño vistazo de su dulce humano. Un comportamiento muy impropio de él, o tal vez no, ya que nunca se había interesado lo suficiente en alguien como para actuar verdaderamente. —Jules. Sentado en el asiento delantero, detrás del volante, el jefe de seguridad, Jules Emmons, inmediatamente reaccionó y observó a su líder a través del espejo retrovisor. —Alfa líder —respondió al instante. —¿Me veo como un mafioso? La inesperada pregunta descolocó su buen momento a Jules, lo suficiente como para que incluso girara parcialmente su cuerpo para poder observar a Dominic, quien seguía con la mirada fija a través de la ventana con una expresión que no revelaba si hablaba en serio, o si estaba jugando. —¿Disculpe? No comprendo su pregunta. Juntando brevemente sus cejas y con una esquina de sus labios torciéndose hacia abajo, Dominic observó de reojo a su amigo. —Solo es una pregunta, Jules. Ante tus ojos, ¿me veo como un mafioso como dicen los humanos? —cuestionó—. Y quiero la verdad. —No, no te ves exactamente como un mafioso. —¿Entonces? —Tu expresión severa da la impresión de que estás de malhumor, y cuando tus cejas no están fruncidas, no revelas nada realmente —explicó—. A mi parecer, solo tienes la apariencia de alguien duro, pero ante los simples humanos si podrías lucir algo atemorizante. —¿Por qué? —Es simplemente por naturaleza. Eres un alfa dominante, tienes una fuerte presencia dominante y poderosa que, para los humanos, podrían percibirla como algo peligrosa más que nada —aclaró—. ¿Puedo preguntar por esto? —Teo creyó que parecía un mafioso —respondió. Y el que realmente respondiera, pareció sorprender por un momento a Jules, pero tan pronto como sintió la mirada de su alfa líder, controló toda expresión y volvió a sentarse correctamente. Sintiendo como su celular vibraba en el bolsillo de su chaqueta, el alfa Dominic lo ignoró completamente y siguió observando hacia la casa, percatándose como finalmente, las luces comenzaron a apagarse de una en una de manera consecutiva, hasta que todas estuvieron apagadas, anunciando que los humanos en el interior se encontraban durmiendo. Y, aun así, el alfa líder permaneció en su lugar. —Alfa Dominic, estoy siendo bombardeado con mensajes y tanto por parte de Ava, como de Riven. Además, el guardabosques en jefe está consultando por su llegada —expresó Jules. —Dile al guardabosques en jefe que la reservación está cancelada, le informaré cuando cambie mi agenda nuevamente —ordenó. —Por supuesto —aceptó—. Ava y Riven siguen enviando mensajes —informó. —Ignóralos. —Alfa, ellos quieren una explicación de por qué aún no está en la reserva. Sintiendo como incluso su lobo comenzaba a irritarse por la insistencia de su amigo, Dominic lo observó directamente en silencio, y con solo su presencia, logró que este bajara la cabeza sumisamente y hiciera más mención al respecto. —No tengo por qué darle explicaciones tanto a Riven como a Ava. Ninguno de ellos puede exigirme nada tampoco, por lo que será mejor que dejes de insistir si no quieres por terminar de enojarme —advirtió con tono duro. —Me disculpo, alfa líder, no fue mi intención molestarlo. Alejando la mirada de su amigo, Dominic volvió a contemplar la casa y pocos segundos después, suspiró, sabiendo que había actuado incorrectamente. No era realmente culpa de Jules que estuviera sensible e irritado junto a su lobo porque no pudieran ir directamente hacia su compañero de vida, a pesar de que lo tuviera frente a él, solo un par de pasos. Para Timoteo solo era un extraño con apariencia de mafioso que acababa de conocer, no sabía realmente lo importante que era para él, ni mucho menos podría sentir la misma conexión que él. Aunque Dominic no creía que fuese del todo inconsciente a su presencia, ya que solo bastaba con un par de palabras para que su dulce chico se relajara y hablara cómodamente con él, sonrojándose hermosamente cada vez que lo observaba fijamente o bien, le llamó dulzura. Aun así, que pudiera encontrarle atractivo no era suficiente razón para tomarlo, llevárselo y reclamarlo como suyo, como tanto deseaba hacer. —No, discúlpame. No es tu culpa que no tenga el mejor humor en este momento —expresó con un lento suspiro. —¿Puedo preguntar si es por aquel par de humanos en el paradero? Ante el recuerdo de aquel par de idiotas que intentaron dañar a su pareja, Dominic emitió un bajo gruñido amenazante y sus manos se volvieron puños sobre su regazo. —¿Las calles de la ciudad son tan peligrosas a esa hora? —cuestionó. —No tengo pleno conocimiento al respecto, pero esa calle no parece ser especialmente segura debido a las tiendas que hay. Es por esa razón que no utilizamos mucho ese camino, lo de hoy solo fue una excepción por el tráfico —explicó Jules. Chasqueando su lengua, el alfa Dominic se sintió molesto de solo pensar al peligro que se estuvo exponiendo su compañero de vida todos esos años que estuvo lejos de él, en esa peligrosa calle en la que incluso el asfalto se encontraba en mal estado. —Prepara todo para comenzar una limpieza de esa calle —declaró. —Por supuesto, líder. ¿Qué clase de limpieza desea exactamente? ¿Desea que cierre algunas botillerías o clubes nocturnos? —Una limpieza completa. Las tiendas inservibles que solo ponen en peligro la vida de los humanos inocentes serán clausuradas, patrullas recorrerán la calle asegurándose de que no haya más ladrones o idiotas que molestan en los paraderos. Las farolas serán cambiadas para que iluminen bien la calle de noche, y las veredas serán arregladas, agregando también una ciclovía para las personas que utilizan bicicleta —describió. —Lo tengo, comenzaré a trabajar en ello tan pronto como volvamos. —También quiero que coloques a un par de hombres para que vigilen esta casa. Específicamente, quiero que protejan al pequeño humano que conocí hoy —aclaró. —Marco y Tiles pueden hacerlo. Al recordar la expresión asustada que aparecía en ese bonito rostro dulce cada vez que Teo se encontraba con aquellos dos guardaespaldas, Dominic negó. —No, Teo los reconocerá y ya siente algo de temor de ellos. Quiero que envíes a dos hombres de la manada, aquellos que tengan el entrenamiento adecuado para protegerlo, y que sus lobos puedan pasar desapercibido entre los humanos, confundiéndolos con unos simples canes. —Tengo en mente dos personas que pueden hacer aquello, pero son betas —expresó Jules. La mención de betas confortó e incluso alegró a Dominic junto a su lobo, ya que no se sentían cómodos con la presencia de un alfa cuando recién habían encontrado a su compañero de vida. —No, eso es perfecto. Mientras tengan el conocimiento para proteger y cuidar bien de Teo, no me importa si son betas, siguen siendo superiores a los humanos —comentó satisfecho. —Entonces, haré los arreglos una vez volvamos... —No, lo harás ahora —interrumpió Dominic—. Quiero que esos hombres estén aquí antes de que nos retiremos. Afortunadamente, Jules no hizo preguntas al respecto ni intentó indagar, sólo hizo justamente lo que le había ordenado, y sólo una vez aquellos dos betas estuvieron en la casa de su dulce chico en sus formas lobunas, que se retiró de ahí con pesar. Tenía cosas en las que pensar y planear antes de actuar.
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