Caminando la pequeña distancia en que le dejaba el autobús a la casa de sus tíos, los pensamientos de Teo estaban en un pequeño desastre en ese momento. Por un lado, haber escuchado del propio Dominic que era un hombre homosexual no dejaba de sorprenderle, ya que la forma en que lo admitió y dijo fue tan fácil y orgullosa, como si no hubiera nada mal en sus palabras, cuando a él le costaba un mundo entero el siquiera mencionar algo al respecto, no lo hacía, en realidad. Algo dentro de él, no le permitía hablar libremente de su sexualidad, o actuar respecto a ella. Claro, Teo podría soñar con que tenía de pareja a un apuesto hombre que le quería y protegía, pero la verdad es que nunca llegó a ningún lado en ese sentido. Sin haber invitado a nadie, sin haber aceptado a nadie, nunca había te

