Pam abrió sus ojos de golpe encontrándose con una gran oscuridad. Aún aturdida por el sueño se sentó de forma repentina sobre la cama provocando que su cabeza se mareara.
Miraba a todos lados con cierta confusión, tratando de entender lo que estaba sucediendo. ¿Se había quedado dormida? ¿Por cuánto tiempo?
Bajó su mirada y observó la manta que la cubría, luego volvió a barrer aquel lugar con su mirada. No sabe exactamente cuánto tiempo ha pasado, ni siquiera sabe si aún es de noche ya que unas enormes y pesadas cortinas cubrían los grandes ventanales mostraban una perfecta vista de la ciudad.
Cuando finalmente venció el aturdimiento del sueño, tomó su móvil y observó su pantalla. Soltó un fuerte jadeo y llevó su mano libre a su pelo despeinado al darse cuenta que se trataba de otro día.
