Sara estaba una sala muy elegante que jamás había estado, todo era de color blanco, ella en ese momento no se sentía en si solo sentía que estaba en un sueño, una vez que había dicho a Thomas que aceptaba acompañarlo. Pero no solo era que no sabía que si era buena haberlo acompañado era porque el espacio era tal blanco que parecía surrealista, los muebles eran blando las paredes eran blancas las flores eran blancas, los cuadros eran blancos, los adornos eran blancos, era como una imagen de una imaginación del cielo. De repente un hombre con bata blanca de estatura promedia sale de una puerta que también era blanca, para su desgracia era albino, con lo único que rompía el color en ese lugar, sus gafas eran de color n***o, se acerca a ella diciéndole – déjame a adivinar, eres una aprendiz

