TESSA Bajando el visor, revisé mi reflejo en el espejo. Cabello ligeramente rizado. Maquillaje natural y luminoso. Mi mejor falda y chaqueta de trabajo. Esa mañana me había levantado temprano y me había arreglado con especial cuidado. No porque fuera mi primera vez en una audiencia, sino porque quería que Gabriel se arrepintiera de la forma en que me había tratado. La única manera que conocía de lograrlo era viéndome increíble. Sí, era mezquino. Y el plan podía no funcionar. E incluso si lo hacía, tal vez nunca lo sabría. Gabriel era un libro cerrado. Tenía la impresión de que era experto en ocultar muchas cosas. ¿Por qué no lo sería? Después de todo, era abogado. —¿Estás nerviosa? —preguntó Karina a través de los altavoces del auto. —Un poco. —Cerré el visor y observé el juzgado. H

