Jackson ¿Qué demonios seguía haciendo aquí en Los Ángeles? Gabriella no quería saber nada de mí, así que bien podía empacar mis cosas e irme de vuelta a Nueva York. De todos modos, el plan original nunca había sido quedarme de forma permanente. Ya había estado en Los Ángeles mucho más tiempo del que había planeado. Si ella podía irse sin más, yo también podía. Pero maldita sea, no quería dejar las cosas como estaban. No quería irme sin despedirme, y claro que no tenía ningún deseo de volver a la vida que llevaba antes de Gabriella. No después de haber probado cómo podía ser. No después de haber saboreado la verdadera felicidad. ¿Qué demonios se suponía que debía hacer? Cuando entré a la oficina de Austin el lunes por la mañana, estaba de pésimo humor. Me acababan de dejar, y aunque n

