ISAAC
Para cuando me encontré con el repartidor en el vestíbulo y recogí mi pad thai, ya sabía que estaba en problemas. Normalmente, enviaba a mi asistente a buscar mi almuerzo.
Pero no a Erin. Hacer que ella lo hiciera se sentía demasiado íntimo.
Lo cual era jodidamente extraño. Era solo el almuerzo.
Y ella era solo una chica. Una chica sexy, con carácter, que se había metido bajo mi piel.
Probablemente necesitaba despedirla. Una lástima. Las próximas semanas estarían muy ocupadas y no había forma de saber cuándo tendría Recursos Humanos la oportunidad de reemplazarla.
Si tan solo me dejaran contratar a mi asistente por mí mismo, no estaríamos en esta situación. Subiendo en el ascensor, maldije mentalmente a cada uno de ellos por su nombre.
Erin tendría que irse. Solo que… eventual
