Mason Me desplomé sobre mi escritorio, sumido en mis pensamientos sobre Grace. ¿Cómo pude haberme equivocado tanto con ella? Pensé que era especial. Pero resultó ser igual a todas las demás. Solo buscaba obtener lo que pudiera de mí. Eso solo confirmaba el triste y terrible hecho de que ninguna mujer podía ser digna de confianza con mi corazón. Lo aprendí cuando era apenas un adolescente, cuando mi propia madre eligió a mi abusador en lugar de a mí. Desde entonces, cada mujer en la que confié me había traicionado para aprovecharse de mi dinero. Grace no era diferente. La verdad dolía como el infierno. Alguien llamó a la puerta de mi oficina. Parker entró, con aspecto de perro atrapado bajo la lluvia. —¿Puedo hablar contigo un minuto? —preguntó, y le hice una seña para que entrara. —

