TESSA
Uf. Dejando caer el libro de texto sobre mi cama, golpeé el colchón con los talones. Llevaba más de una hora estudiando y, aun así, no había retenido ni una sola gota de información.
Y eso que era mi clase favorita. ¡Historia del Arte!
¿Qué me pasaba?
Dándome la vuelta, me levanté de la cama y caminé hasta la ventana. La piscina del patio trasero brillaba, y por un instante pensé en lanzarme a nadar.
Pero ya casi eran las siete. Mi papá llegaría pronto, y si me atrapaba “haciendo tonterías” en lugar de estudiando, perdería la cabeza.
En la mesa de noche, mi teléfono vibró con un mensaje de texto. Al instante, mi ritmo cardíaco se aceleró.
¿Sería sobre la pasantía?
No, claro que no. No me enviarían un mensaje de texto por eso. Mi papá simplemente me lo haría saber. O alguien d
