TESSA
—Necesito darme una ducha —dijo Gabriel mientras cruzábamos la puerta principal—. ¿Te gustaría ir al trabajo conmigo?
Dudé, insegura de si aún tenía un empleo.
Gabriel dejó su billetera y su teléfono en la mesa de centro. —No estás despedida —me atrajo hacia él—. Ya hubo una reunión sobre eso.
Inhalé bruscamente. —Sé que probablemente estoy siendo cobarde… pero no quiero enfrentar a mi papá.
Frunció el ceño, sus cejas juntándose. —Hablaré con él al respecto.
Mi corazón dio un vuelco. —¿Sobre qué… exactamente?
Contuve el aliento, esperando que dijera “el bebé”.
—Sobre ser un idiota contigo —dijo—. No tiene ningún derecho.
—Claro —intenté ocultar mi decepción.
Aunque no lo había preguntado explícitamente, mi papá debía sospechar que Gabriel era quien me había dejado embarazad
