Jackson
Había pasado una semana y había estado en la oficina todos los días. Eso debía ser un nuevo récord para mí. Cuando comencé con todo esto, trabajé hasta dejarme los dedos, pero ser el CEO de una empresa consolidada tenía sus ventajas. No tener que llegar temprano —o no tener que venir en absoluto— era una de ellas, y la aprovechaba cada vez que podía.
Pero esto era diferente. No era que estuviera más comprometido con mi empresa —aunque la empresa lo era todo para mí—, era que podía verla a ella.
Gabriella.
Gabby, como todos en la oficina habían empezado a llamarla.
Se estaba adaptando bien. Había causado sensación. A todos les caía bien, y yo sabía por qué. Era el tipo de persona hacia la que la gente gravitaba, con su actitud positiva y su brillo. No se parecía en nada a mí. Y
