Wesley Tomé mi whisky y giré el líquido ámbar antes de llevarlo a mis labios. Era mi segundo vaso y estaba bajando bastante rápido. Esperaba para hablar con Patricia, y mis nervios me estaban ganando. Eran poco más de las diez. Ya había acostado a Dylana y estaba en la cocina, sin compañía más que mis pensamientos destructivos. Habían pasado dos días desde aquella increíble noche con Patricia, y no había dejado de pensar en ella, aunque no la había visto mucho. Ella pasó la noche del viernes con sus amigas. Al día siguiente, llevé a Dylana a una fiesta de cumpleaños y hice algunas diligencias. Esa noche sería la primera oportunidad que Patricia y yo tendríamos para hablar. Había mantenido la invitación por mensaje breve, explicando que tenía algo importante que discutir con ella. Ahor

