Rodando sobre su espalda luego de que recostarse en su lado izquierdo y derecho no funcionara, Santos abrió sus ojos cansados y probablemente rojos por la horriblemente larga noche en vela que había tenido. Arrepintiéndose con todo su corazón, el haber ido a ese estúpido bar para distraerse de su molesto lobo, en ese momento casi hubiera preferido caer en el deseo de este y haber ido al bosque a estirar sus patas. Pero haber hecho eso, habría significado seguir los deseos de su lobo, lo cual no era bueno cuando este tenía en su terca mente encontrarse nuevamente con el lobito omega que habían ayudado, como ahora sabía que ese lobo se trataba de Tristán, no dudaba de que su animal fuera capaz de correr en busca del chico. Y no, si antes el alfa no había tenido deseos de encontrarse con e

