Lo besé y luego me recosté en su brazo. —Sí, ella quiere tanto su sangre que hay días que siento que realmente puedo saborearla.—
—Me sentí así esta noche…—
—Ethan— suspiré mientras le quitaba un poco de pelo de la cara. Sus ojos se volvieron oscuros y tristes, como si estuvieran nadando en un charco de lágrimas hechas de negrura. —¿Qué quieres hacer con ellos?—
Sacudió la cabeza mientras sus ojos volvían a mirar nuestras manos entrelazadas. —Mi abuelo juró que tendría sangre por lo sucedido. Recuerdo que mi abuela apenas hablaba, sólo lo necesario. Evan y yo sentimos que era todo lo que podíamos hacer para mantenernos unidos.
—Me sentaron antes de cumplir los dieciocho, había estado pensando en mudarme a una casa con Evan y Evangeline. Su cabaña era pequeña y nos recordaba a ellos.
—
