—Debería empezar a venir a entrenar con Liam y Cristine—.
Los ojos de Bowie se abrieron con orgullo. Me saludó con la cabeza y sonrió en su lata mientras tomaba un sorbo de cerveza. —A él le encantaría. Gracias—.
—Blake, ve a sacar a esos niños de la arena. En la mañana llévalos de regreso a la manada, dudo que se muevan a algún lado por un tiempo—.
Blake miró a los niños que todavía yacían en la arena. Intentaban levantarse, pero fracasaban estrepitosamente. Sacudió la cabeza ante la visión que era francamente vergonzosa. —Ella pelea como tú, ¿sabes?— gritó por encima del hombro mientras caminaba hacia el desastre que hizo mi cachorro. Aunque estaba muy orgulloso del desastre.
Lander sacó otra cerveza de nuestra hielera de viaje y se sentó junto a David. Miró a los niños que Blake aho
