Mi cachorro se estaba lamiendo los labios al verlo. Era una hembra grande parada en medio del arroyo pescando con sus grandes patas. No olía como si tuviera cachorros dentro, no íbamos a llevar una preñada o que todavía estuviera amamantando. No arruinaríamos una familia así. Este olía como si no hubiera estado con cachorros por un tiempo. Era mayor, pero no geriátrica. Era una osa parda experimentada con un pelaje como una barra de té de chocolate Hershey's, y sería una gran pelea para mi chica. —¿Qué piensas niña?— —Mi lobo la quiere, es todo lo que tengo ahora para evitar que ella salga corriendo ahora—. Me reí para mis adentros y le di un codazo en el hombro. —Hoy observamos y aprendemos, mañana cazamos. ¿Entendido?— Ella asintió sin apartar la vista de su premio mientras yo llama

