—Yo también—, agregué rápidamente. Se rió entre dientes y luego revolvió algunos papeles más. —Adiós, querida Cristine. No te preocupes por nada y déjame hacer mi magia—. —Adiós Riley y muchas gracias—. Apagué el teléfono y se lo deslicé a Levi mientras él me pasaba una copa de vino. —Salud—, dijo mientras chocaba su vaso con el mío. Bebí un sorbo del vino tinto que pareció ayudar a borrar los acontecimientos del día mientras Levi me lanzaba una sonrisa de comemierda. — Cristine Renee Thorne, ¿eh?— Sentí un sonrojo correr por mis mejillas y me mordí el labio cuando Levi simplemente me puso los ojos en blanco. —Podemos devolverle la llamada si no está bien. Lo supuse, pero quiero decir, si no está totalmente bien, podemos devolverle la llamada a Riley. No creo...— —¿Podrías callarte la

