Capítulo 43. La verdad detrás de la sangre El toque era demasiado delicado para ser un matón, y demasiado insistente para ser un vecino, pero ella mejor que nadie sabía lo que eso significa. Sol caminó con lentitud hasta la puerta, sin prisa, sin temor. Ya no se permitía el lujo de temer. Alzó la mano y miró por la mirilla de la puerta y su expresión de alerta se activó… Era Luka. Abrió sin decir palabra, y él entró sin pedir permiso. Traía el rostro sombrío, los ojos más claros de lo habitual, como si lo que había visto en los últimos días hubiera vaciado algo dentro de él, sus manos en los bolsillos del abrigo n***o. Parecía exhausto. -- Sol – le dijo, con una voz que no buscaba guerra, pero tampoco paz, demasiado extraña para ser de él. -- Luka ¿Qué haces aquí? – le preguntó con la

