Jairo se vistió un pantalón y una camiseta aunque se quedó sin zapatos. Las jóvenes de la boutique comenzaron hacer su trabajo y a la joven esposa después de vestida salía y modelaba a su esposo. Y el problema inicio con un vestido n***o. —Ese no – dijo Jairo muy enfático. Era un vestido n***o largo. En la espalda tenía un escote que le llegaba hasta la cintura y al frente se cruzaba, bordeando el torso suave y aterciopelado de la mujer. Era sexy y a ella le quedaba muy ceñido al cuerpo dando una sensación de piel sobre piel. Aquellos delicados y elevados senos se burlaban de él. Ella mira su reflejo en el espejo y el vestido le gusta mucho. La hace sentir femenina y también poderosa. — ¿Por qué no?— preguntó ella sin mirarlo. Admiraba aquella prenda negra— ¡Está lindísimo!