La joven se arreglaba en el espejo y se notaba muy hermosa, era la primera vez que se había vestido de aquella forma. Nunca en su vida se ha colocado un vestido tan bello y fino, con ese que tan le gusto. Y le parecía mentira ver aquel reflejo. Era una persona muy diferente y se sentía muy mujer, muy femenina. Sonrió. La ropa de hombre solo la hacía ver ridícula y sobre todo infantil. El vestido n***o dejaba ver su espalda hasta la altura de la cintura, mostraba el tono de su piel que era marmoleada. Sus senos se veían elevado porque la prenda tenía unas copas que hacían las veces de sujetador. — ¡Es hermoso!—dijo ella con sus ojos brillantes de emoción. Pero estos brillaron mucho más cuando Jairo salió por esa puerta. —Estas...— dijo la joven extasiada de placer al verlo vestid