Capítulo 1: Jade

2308 Words
James Williams. ¿Cómo lo describimos? ¿Guapo? Tal vez, ¿Inteligente? Nah, lo sobreestiman mucho ¿Alto? Definitivamente, ¿Interesante? Pues es mi vecino, la persona más odiosa y exasperante del mundo. Crecimos juntos y claro que nuestros padres son conocidos, una familia así de… vistosa no pasa desapercibida, pero esta historia no trata de él ni de su familia, esta historia trata de mí. Jade Duncan, única, incomparable, hermosa, atrevida, extrovertida… a veces, intrépida, interesante y todas las palabras con significado parecido, con 19 años he logrado muchas hazañas como… y no nos olvidemos de… también esa vez que… muchas grandes hazañas, de eso estoy segura. La verdad es que me considero una chica normal con una vida normal, mis notas la escuela son normales, mis amigos… bueno ellos son algo aparte, incluso voy a una escuela normal en este pueblito normal con gente normal que vive sus vidas lo más normal posible. Excepto por ellos, los Williams. Son una familia adinerada que viven detrás de mi casa en su lujosa casi mansión de cinco cuartos cada uno con baño, piscina enorme, baño de invitados, cocina moderna, sala de estar moderna con tv de 200 pulgadas o algo así, incluso sus perros se ven lujosos ¿5 perros de r**a Pomerania? Por favor, mi gato naranja bautizado como Mandarino parece un indigente delante de esas criaturas llenas de pelo y posiblemente se champú sea más costoso que el mío. Mi problema con esta familia no es precisamente porque los adultos responsables sean unos clasistas o algo por el estilo de hecho todo lo contrario, la señora Williams es una persona muy cariñosa y amable, y el señor Williams es lo más cercano que existe a un papá buena onda, mi problema aquí son con ellos, sus hijos. Lisandro, Edmund y el idiota mayor de todos James Williams, especialmente esa última persona, la razón de mis desvelos, el motivo por el cual mi ansiedad se dispara, el dueño de casi todos mis micro infartos, esa persona tan fastidiosa, cizañera, escandalosa y tonta que desde que estamos niños me ha hecho la vida imposible sin importar la hora o el lugar, mi archienemigo jurado, el Joker y Batman… yo soy Batman. Se preguntarán ¿De dónde viene esta intensa enemistad? Bueno les contaré, todo comenzó cuando tenía tres años, los Williams se mudaron en la enorme casa que queda detrás de mi casa, lo que debía de convertirse en una hermosa amistad entre vecinos, se convirtió en una guerra campal cuando James Williams se robó mi pony de juguete favorito, y luego mi carro de juguete coleccionable favorito y luego mi linda y adorable muñeca Brandy de mi caricatura favorita, en paz descansa Brandy diste lo mejor de ti. Bueno, sé que son travesuras de niños y todo eso, pero desde ahí nunca me ha dejado en paz, es mi enemigo abiertamente jurado y lo odio con todo mi ser. —¿Estás bien? —pregunta mi hermana menor de diez años a mi lado. Lily, mi hermanita de diez años es lo más parecida a mí, una mini yo, mi personalidad, ocurrencias y virtudes fabulosas, especiales y únicas, todo eso en un ser nueve años menor que yo, obviamente es mi más grande orgullo. Ella si acabará en Harvard, no como yo… yo posiblemente termine en un manicomio, tampoco es que me quite el sueño. —no, pero ya no me importa —contesto con sinceridad mientras termino de comer mi cereal. Primer día de vacaciones, debería de estar feliz, pero ¡Vamos! Tengo a un loco psicópata viviendo en la cola de mi patio planeando quién sabe qué en mi contra, me pone psicótica no saber que planea ese ser infernal para dañarme las vacaciones, mis muy preciadas vacaciones. Tanto tiempo esperando para seguramente ser la burla del pueblo por lo que resta de las vacaciones, pero sea lo que sea que tenga preparado ya tengo un contraataque peor, eso se los puedo asegurar. —deberías de relajarte, envejecerás temprano si te sigues amargando por el vecino. Mi hermano mayor se une a la conversación con una sonrisa burlona. Volteo los ojos y sigo comiendo mi cereal, este tipo es causa perdida, no entiende la maldita vibra que abunda por aquí. No sé cómo es mi hermano sinceramente, él es tan.. meh. —¿No deberías de estar saliendo con chicas o algo así? —pregunto con fastidio al ver que no planea largarse del comedor en un buen rato. Jacob Duncan, mi odioso hermano mayor, no me cae ni bien ni mal, pero entre él y mi adorable hermanita Lily, Lily tiene mucha más personalidad. Imagínate basar tu personalidad en tener unos brillantes ojos azules y creer que estás más bueno que el pan, lindo, tu tarea era devorar y tú definitivamente estás haciendo dieta. —no, son las diez de la mañana, ¿quién sale a esta hora? —pregunta con obviedad. —tú, desde que entraste a la universidad —él parece pensarlo un poco y sonríe de lado mientras chasquea su lengua. —cierto, pero es vacaciones, hay que disfrutar. Levantarse tarde, desayunar a las once de la mañana, dormir a las tres de la mañana… todas esas cosas que nos hacen imaginarnos escenarios ficticios donde el vecino que vive detrás del patio es el protagonista ¿No, Jade? —dice con burla. Le muestro mi hermoso dedo del medio y él solo sonríe con sarcasmo. Estoy por pensar que el problema soy yo, si atraigo a gente tan idiota, tal vez también soy una idiota… —Jade —regaña papá cuando entra al comedor. Guardo mi dedo de inmediato y sonrío con inocencia. —buenos días, papá ¿Hoy trabajas? —pregunto al ver su típica vestimenta que usa especialmente para el trabajo. Trabaja en las construcciones y remodelaciones de forma independiente, además de su trabajo en el café de mamá como barista y cajero, dice que ama hacer café, todos sabemos que mamá lo obliga. No engañas a nadie Jason. —sí, los señores Williams me contrataron para remodelar su cocina, nada especial, al parecer Iris quiere un bar italiano o una mierda parecida —le da un trago largo a su bebida y me mira fijamente. Oh no, ya sé qué significa esa mirada. —ni loca te ayudaré —respondo evitando cualquier contacto visual. —no es una pregunta, es una orden, Jacob y tú estarán muy libres este verano. —oh vamos papá, tenía planeado cada día de estas vacaciones —Jacob se queja desde la barra de la cocina. —Es hora de que aprendan a ganarse la vida. —una indigente de la plaza no necesita saber cómo ganarse la vida —Lily y Jacob ríen, este último olvidando su descontento por un momento. —ni en tus más locos sueños estoy yo dejándote ser una indigente. Lo miro con una ceja levantada dispuesta a refutar eso, pero su mirada penetrante y seria me hace voltear hacia el frente con una sonrisa de miedo en mi rostro. Este hombre sabe cómo intimidar a una persona. —¿Qué pasa? —mamá hace su debut oficial en la cocina. —papá quiere explotarnos laboralmente —nos quejamos Jacob y yo a la vez. Papá bufa mientras toma su café. —¿A eso te dedicas ahora? —dice mamá con un tono burlón —a explotar laboralmente a tus preciados hijos. Sus palabras cargadas de sarcasmo y humor me hacen torcer los ojos con desgano, esa mujer tan hermosa y calculadora es lo opuesto a una mamá cool, si por ella fuera nos hubiera puesto a trabajar desde que vamos al kínder. Alice Duncan, es diabólica y mi hermosa mami de ella saque mi personalidad y lamentablemente el sentido de humor de Jason, porque sí, ese hombre de mirada y personalidad aparentemente es un bufón. —haz lo que quieras, Jason —todos en la cocina voltean a verme con una ceja alzada— Jade Duncan, no se doblegará ante ti. Jacob y Lily levantan una ceja con incredulidad mientras yo mantengo mi postura firme. Sí, Jade Duncan, no se doblega ante ningún hombre. Dos horas después nos encontramos la ridículamente enorme casa de los Williams, se preguntarán ¿Cómo es que Jade Duncan la que no se doblega ante ningún hombre está justamente donde el hombre al que llamo padre dijo que debería de estar? Pues al parecer los padres tienen algo llamado carácter y efectivo, diez dólares la hora es justo lo que necesito para prepararme con mi próxima graduación, no tiene nada que ver con que me amenazaron con quitarme todos los beneficios monetarios y con que iba a estar castigada todo el verano. Se los juro, no tiene que ver con eso. Aquí estamos otra vez, Jacob está sentado en uno de los bancos de la cocina de los Williams mientras habla con quien sabe quien por su teléfono, papá está hablando con la señora Williams de unos detalles para comenzar con el trabajo de la remodelación de su bar francés o alguna mierda parecida, y yo después de ser adulada, apapachada y besada por la señora Williams estoy comiendo las mejores galletas de chocolate que han existido, esta receta deberían de subirla a Tik Tok. —y por aquí quiero unos estantes con madera de… —mi cerebro se vuelve a apagar casi de manera automática. Dios, cómo odio el trabajo y hablar de trabajo… y trabajar. A veces quisiera ser una esposa trofeo que solo se preocupa por verse bonita y hace videos romantizando su vida de mantenida por las r************* . Las r************* han arruinado el mundo. Miro por la ventana con aburrimiento, el patio de los Williams es tan ridículamente hermoso, que raro en una familia que aparentemente es perfecta. De seguro el señor Williams colecciona fotos de pies o algo por el estilo, nadie puede ser tan perfecto, ni yo que soy lo más cercano a un ser perfecto lo soy. —¿Por qué no sales un rato al patio, Jade? —pregunta la señora Williams al ver mi cara de aburrimiento. —muchas gracias —acepto su propuesta sin siquiera mirar a mi padre y salgo volada hacia ese hermoso patio que me está llamando. No sin antes pasarle la mano al teléfono de Jacob y no puedo evitar soltar una risa cuando escucho sus quejas. Camino por todo el patio buscando algo en lo que entretenerme, a lo dejo diviso la enorme y lujosa piscina de los Williams y frunzo mi ceño con desagrado al ver quién está acostado a un lado de la piscina tomando sol sobre una toalla. He invocado al diablo y este ha subido a la tierra a jalarme las patas. James Williams, el idiota mayor de los Williams, mi némesis jurado, el villano de mi historia, el tipo más nadaqueveriento de todo este pueblo y eso que hay muchos hombres en este pueblo, lastimosamente. Doy vuelta con tal de no cruzar palabras con ese inútil, pero mis esfuerzos por escapar son frustrados por varias voces a mis espaldas. —¡Hey! ¿No es Duncan? —pregunta la odiosa voz de un hombre a mis espaldas. —¡Hey, Duncan! Dispuesta a no voltear y largarme por donde vine escucho la voz más odiosa e insufrible del mundo. —hola, linda ¿Viniste a verme? —su voz es ronca y odiosa. James Williams un día de estos te asesinaré mientras duermes o al menos te daré el susto. Volteo con una mueca de fastidio, mueca que aumenta al estrellarme con James sentado encima de su toalla viendo en mi dirección con una sonrisa mostrando sus estúpidos dientes perfectos que de seguro haría caer a cualquiera que no supiera cómo es su estúpida personalidad de mierda. A un lado de él están Chris y Adam, sus secuaces idiotas que se creen lo último en tendencia con sus cuerpos tonificados y bonitos rostros, me caen tan mal. —brincos dieras ¿No? —James sonríe más amplio ante mi tono venenoso y niega con la cabeza. —Ni porque ha comenzado el verano dejas la intensidad —me mira de pies a cabeza con una mirada atrevida, no puedo buscar otra palabra. Miro mi ropa a ver qué tengo y me doy cuenta que hoy estoy más desnuda que de costumbre mostrando piel, algo raro en mí, pero con estos calores usar ropa abrigada no favorece. —no me mires de esa forma, cerdo —me quejo al sentirme acosada, ultrajada, intimidada ¿Qué le pasa a este tipo? —no te hagas ilusiones, Duncan, estás lejos de ser mi tipo —sus amiguitos idiotas ríen burlándose de mí. —aunque no me molestaría quitarte eso que ya te está haciendo peso. ¿Qué le pasa a este igualado nadaqueveriento? Un momento ¿Por qué James me hace chistes sexuales? —maldito cerdo igualado. En mi vida dejaría que alguien como tú y en especial tú se me acercara a dos centímetros de distancia ¿Te quieres lucir porque estás con tu squad de sopencos sin nada en la cabeza? Pudrete, Williams, en mi vida estaría con alguien como tú y no me gustan esa clase de bromas —James me mira con seriedad, ríen divertidos a sus espaldas —vete a ser un cerdo con tus amiguitas, me hiciste sentir incómoda. Me doy la vuelta muy enojada sin dejarlo defenderse y me voy por donde llegué. ¿Qué le pasa? En lo que llevamos molestándonos nunca se me había faltado al respeto de esa forma ¿Quitarme lo que me está haciendo peso? ¿Quién se cree al decirme que mi falta de experiencia s****l me hace peso? Tendré sexo cuándo quiera y con quien quiera. —Idiota.
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