Entramos a su habitación y me ofreció un trago suave, puso música y me invito a bailar, estábamos moviéndonos muy lentamente, disfrutaba de su cercanía, de su aroma , de su tacto. En un momento la música paro y el puso un mechón de pelo detrás de mi oreja, vi como me miraba y no pude contenerme, se que gran parte del coraje fue producto del alcohol y el otro de mi lado femenino bastante trastocado que quería aflorar. Lo bese, al principio no respondió, luego de unos segundos tomó mi nuca y profundizó el beso, sensaciones que había olvidado, con Benjamín todo se reduce a recuerdos, a ese amor que idealice toda mi vida, pero aquí estoy, con el corazón a mil y la piel caliente. - Te quiero Luz – dijo Alejandro posando su frente sobre la mía- he soñado muchas veces con esto. - También te q

