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1312 Words
Regresaba de mis pequeñas vacaciones después de las fiestas de fin de año. Vitto había insistido que quería ir a Disney. Creí oportuno el viaje ya que él estaba más grande y además porque siempre había soñado con ir, tuve que ahorrar bastante, no me gusta gastar la plata que mi tía me dejo en la cuenta. Quiero que ese dinero sea para mi hijo, siempre tengo miedo de que me pase algo y él se quede solo y sin nada, cuando uno se convierte en madre siempre teme de lo que le pueda pasar a sus hijos. Mi miedo también está fundamentado porque literalmente Vitto quedaría solo, ya que uno de sus progenitores no estaba enterado de su existencia. Mi madre y mi tía lo cuidarían estoy segura, el problema erradicaba en cuanto tiempo, ya eran mayores. Esos pensamientos me atormentaban día y noche, me obligaba a descartar esas ideas espantosas, pero sin importar que hiciera volvían a mi mente. Desde que volvimos de Disney Vitto ha insistido en tener un padre, no ha dejado de preguntar por el suyo o exigirme uno, como si fuera tan fácil. -Vitto te pido por favor que termines el desayuno, debo salir volando a mi trabajo. Tengo una reunión muy importante – era la vez diez mil que apuraba a mi hijo, quien últimamente esta mas rebelde que nunca. -Yo también te pedí algo un millón de veces y no me haces caso – otra vez con lo mismo, entiendo su necesidad, lo que no comprendo es porque de la noche a la mañana, porque con esta insistencia. -Por favor, no otra vez. Después de que regrese hablaremos –tome mi cartera, bese su cabeza y mi madre me acompaño hasta la puerta. -Estará bien – dijo con tristeza. -No sé qué hacer mama – dije limpiando una lagrima que había caído por mi mejilla – no quiero lastimarlo, pero lo que pide es imposible. -Estas segura que es imposible? –mi mama me miro con ternura, como siempre lo hacía – Se que soy la persona menos indicada para darte consejos, siempre me atuve a las reglas y fui muy cobarde en ciertas ocasiones. -No digas eso mamá – sabia a lo que se refería y no me gustaba que se torture por el pasado. -Es la verdad hija, he sido cobarde, pero tu no. Nunca lo has sido, sabrás como lidiar con el niño. -Es tan difícil… -sentía que mi armadura se caía a pedazos. Estaba más pérdida que cuando me entere que estaba embarazada. -Lo sé hija , anda, ve a trabajar que tengo que llevar a Vitto a la escuela. Además tenemos un bingo con Antonia. -Me alegra que se diviertan mientras trabajo –dije a modo de broma- cuídalo. -Claro que si , te amo hija y sé que harás lo correcto. Como haría lo correcto, si ni con ella fui sincera. No hasta que ella se erradico en España, cuando estuve segura que mi pasado no interferiría en nuestras vidas le conté quien era el padre de su nieto. Ella quería que dijera la verdad, pero como lo haría después de tantos años ,me aterraba que pidieran pruebas de paternidad, o que me denunciaran por secuestro, ocultamiento de identidad y muchas cosas más, las cuales busque y me asesore con una abogada amiga mía, Alicia es la tía del corazón de Vitto y su madrina. Ella me asegura que tome la decisión que tome me acompañara, pero como una doctora en leyes, defiende los derechos de su ahijado, recordándome que tanto el niño como el padre tienen derecho a saber de sus identidades. Ella nunca se metió en mi vida, nunca se molesto conmigo y me asegura que si el padre de mi hijo me denuncia ella me defenderá con uñas y dientes, y estoy segura de ello. Así lo hizo desde que nos conocimos en la universidad, cuando me llamaban zorra, o bastardo a mi hijo ,nos defendió contra todos, me ayudo a cuidar de mi hijo y se gano el lugar que hoy tiene en nuestras vidas. Antes de entrar a la empresa, llamo a Alicia, necesito que me aconseje y me escuche. Estoy en el baño que se encuentra en el holl de entrada, con mucha angustia y a punto de llorar. -Alooooo – dice muy feliz como siempre. -Hola –se me formo un nudo. -Oh, oh que paso?? Donde estas?? – sabía que si no respondía rápido le daría un ataque de histeria. -Estoy encerrada en el baño de la empresa. -Pero que haces ahí?? – -Vitto está muy enojado conmigo – limpio una lagrima, últimamente estoy llorando mucho. -No te diré te lo dije, porque no quiero que sientas que te reprocho. Pero tarde o temprano pasaría – se que no quiere restregarme en la cara que mi hijo merece y necesita a su padre y tiene razón. Debo dejar que el sepa quién es. -Lo sé, lo sé y solo necesito saber que estás conmigo cuando todo se desmorone – estaba junando coraje para hacer lo que debí hacer hace mucho. -Sabes que si y me alegro mucho de que dejes tus miedos por Vitto. El se merece la verdad-por el sonido de su voz deduzco que está llorando también. -Te quiero amiga y gracias – me limpie la nariz con el papel sanitario – solo nosotras podemos tener esta conversación así, yo encerrada en el baño y tu vaya a saber dios donde estas. -Estoy en la manicura, en este momento Berta me mira con cara de que le pasa a esta loca – se escucha una risa, que seguro es de Berta – Todo saldrá bien y si no es así, no estás sola. -No sé cómo te compensare todos estos años de compañía y apoyo – suspiro y me digno a salir del cubículo. En cinco minutos debo estar en la última planta. -Tal vez un crucero seria más que suficiente – esta mujer siempre e saca una sonrisa. -Lo pensare, bueno tengo que salir corriendo, en menos de cuatro minutos debo estar presente, bonita y puntual en la sala de juntas. Hablamos luego, te quiero. -Te quiero Luz, todo estará bien. -Espero que si – suspiro y cuelgo la llamada. Retoco un poco mi maquillaje y salgo como alma que lleva el demonio a la plata veinte. Entro como sardina al ascensor para no esperar que llegue el otro, odio llegar tarde, pero esta mañana me levante con el pie izquierdo por lo visto. Mi asistente Gaston, un niño muy mono que está estudiando secretariado está llamándome y texteando como loco. No puedo contestar ya que estoy apretada contra una de las paredes del ascensor. Llego a mi piso y Gaston me está esperando, cuando me ve su cara fue épica. -Gracias a Dios llegaste –me entrega unas carpetas- ya están en la sala esperándote. -Mierda – dije entre dientes – fue una mañana de locos hoy, espero todo vaya bien. -Tienes que ver a los inversores, son muy chulos – Gastón es gay y uno muy asumido y desinhibido. -Gastooonn – lo reto, sabe que no miro a nadie del trabajo con intención de coquetear, siempre digo lo mismo, no hay que mezclar la labor con el amor. Estamos en la puerta a punto de entrar, acomodo mi falta y mi cabello – que empiece el show le digo a mi asistente. -Buenos días, disculpen la impuntualidad – digo lo mas profesional que puedo, estoy nerviosa y odio ser el centro, pero mi pequeña crisis existencial me hizo llegar tarde. Empiezo a saludar con un apretón de manos a todos hasta que. -Luz?? Eres tú?? – como describir en palabras el remolino de sensaciones que es mi cabeza, mi cuerpo y mis emociones. -Se conocen?? – pregunta Gastón un poco asombrado. -Ho hola Benjamín …
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