Tino D. Después de lo sucedido en la fiesta no quise saber más de ella o al menos eso es lo que me decía después de la forma en como todo había acabado, necesitaba sacármela de la cabeza y en ello cometí el peor de los errores, yo y mi maldita forma de beber, ¡demonios! Las ganas de reventarle la cabeza a Claudio no desaparecían y se acrecentaron mucho más en los últimos días, a pesar de ello tenía que empezar a controlarme ya que no quería quedar ante mi padre como el que siempre busca problemas, necesitaba tranquilidad y madurez para manejar estos asuntos ya que no ganaría nada de esta manera, solo estaría dejándolo como víctima y ya no permitiría que eso sucediera. - Tino, deja ya de mirarme de esa manera, solo apacigüe las cosas entre ustedes, en ese estado hubiese sido peor qu

