Al transcurrir ya una larga hora después de este hecho escucho unas pisadas en el césped y eso me pone tensa, tomo un cuchillo de la cocina y me aproximo hacia donde estas provienen, abro la puerta de atrás y me encuentro sola con el anochecer aproximándose frente a mí, inspecciono todo alrededor de la cabaña y no encuentro nada, en cuanto me doy vuelta un salto desde el techo me alerta y me dispongo a defenderme.
- ¡Hey! – dice tomándome del antebrazo – tan solo llevamos un par de meses saliendo y ya quieres matarme.
- Tino – digo al ver que es él y lo abrazo, suelto el cuchillo y este cae de punta hacia el suelo.
- ¿Por qué sostenías eso? – pregunta haciendo una expresión de confusión.
- No es nada, estaba viendo una película de terror y el miedo se apodero de mí,
