Capítulo 34: El Guardián de las Puertas Perdidas

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El Eco Del Medallón El brillo del medallón aún iluminaba tenuemente la habitación en ruinas. Selene lo sostenía con fuerza, pero sus manos temblaban. La figura encapuchada había desaparecido, pero sus palabras seguían resonando en sus mentes: “El Abismo nunca permitirá que aquellos que han tocado sus secretos escapen tan fácilmente”. Kael se acercó, intentando examinar el medallón sin tocarlo directamente. —Esto es… distinto —murmuró, observando cómo la energía pulsaba en su interior—. No parece un simple objeto mágico. Es algo más. Selene levantó la vista, su rostro pálido y su respiración entrecortada. —Es un fragmento del equilibrio —dijo, como si la respuesta hubiera estado siempre dentro de ella—. Si está aquí, significa que esta ciudad era un lugar clave para mantener la conexió

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