Más Allá Del pasillo
El aire era pesado, como si el laberinto mismo se deleitara en su confusión. Las palabras de la voz resonaban en las mentes de todos, envolviéndolos en un conflicto interno que ningún arma podía resolver.
Selene lideraba el camino con pasos rápidos y decididos, pero sus pensamientos estaban lejos de ser claros. Las imágenes de su madre, viva y llena de alegría, seguían persiguiéndola.
—¿Estamos seguros de que este es el camino correcto? —preguntó Alina, rompiendo el silencio.
—No hay otro camino —respondió Selene, sin detenerse—. Si el laberinto quiere que dudemos, no se lo permitiremos.
Kael no pudo evitar mirar las paredes que los rodeaban. Por primera vez, notó que las marcas en ellas no eran simples grabados, sino palabras en un idioma antiguo que parecía susu
