Un Umbral Desconocido La oscuridad parecía más densa en este nuevo pasillo. Aunque las antorchas a lo largo de las paredes estaban encendidas, su luz apenas lograba perforar las tinieblas. El grupo avanzaba en silencio, con los objetos que habían ganado en las pruebas anteriores aún en sus manos. —Esto es diferente —murmuró Alina, observando cómo las sombras parecían moverse a su alrededor. —Es como si el lugar estuviera vivo —dijo Kael, sintiendo un escalofrío en la nuca. Selene miró hacia adelante, concentrada en lo que parecía ser un altar al final del pasillo. Sobre él había un libro enorme, con una cubierta de cuero n***o que parecía palpitar como si tuviera un corazón propio. —Ese libro… —dijo Varek, deteniéndose en seco—. He oído hablar de él. —¿Qué es? —preguntó Asterion, ace

