La Puerta Viviente
El grupo se detuvo frente a la enorme puerta. No estaba hecha de piedra, madera ni metal; parecía compuesta de un material orgánico, con venas pulsantes que emitían un débil brillo rojo.
—Esto no es normal —murmuró Asterion, pasando la mano por la superficie de la puerta. Sentía calor, como si estuviera viva.
—Nada aquí lo es —respondió Selene, con los ojos fijos en el símbolo que decoraba el centro de la puerta. El mismo que había visto en el Codex Umbra.
La puerta emitió un bajo sonido, como un latido, y empezó a moverse. El símbolo brilló con intensidad y una voz resonó en la sala, grave y llena de autoridad.
“Solo aquellos que han probado el peso del olvido pueden cruzar.”
Alina dio un paso atrás, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
—¿Qué significa eso
