El amanecer comenzaba a iluminar tenuemente las montañas, pero el grupo aún sentía el peso de lo ocurrido en la biblioteca olvidada. El aire parecía más denso y frío, como si la advertencia del guardián hubiera dejado una sombra invisible alrededor de ellos. Kael caminaba en silencio, sosteniendo el libro que contenía la información sobre el Corazón de las Sombras. Las palabras del texto aún resonaban en su mente: “El poder que buscas es tan antiguo como el tiempo, pero su guardián es inquebrantable. Una vez que inicies el camino, no habrá retorno.” “¿Crees que el precio que pagamos fue suficiente?” preguntó Alina, rompiendo el silencio. Kael la miró, con una mezcla de preocupación y determinación en su rostro. “No lo sé, pero ahora no hay vuelta atrás. Debemos encontrar el artefacto an

