El rugido del Vacío resonaba como un eco interminable en las profundidades del abismo. Isolde, aún canalizando el poder del Corazón del Mundo, sentía su energía disminuir con cada segundo que mantenía la barrera. Vlad, con su mirada centelleante por la marca del Fénix, sostenía su espada con firmeza, aunque sabía que el enemigo al que enfrentaban era más que una criatura; era una manifestación de la oscuridad misma. Thalos, con su sabiduría estratégica, fue el primero en romper el silencio. —No podemos luchar contra esto de frente. Necesitamos un plan… o no saldremos vivos. Vlad asintió, aunque sus ojos no se apartaban de la imponente figura del Vacío. —Entonces será mejor que lo hagamos rápido. La Oscuridad Interior A medida que la criatura avanzaba, su presencia comenzaba a afectar

